Todos los caminos conducen a Herrera
Se habló mucho durante la semana. Cuando salió la designación del árbitro del Superclásico, River puso el grito en el cielo: se remarcaba de todos lados que con Darío Herrera, el Millonario no había ganado nunca ante Boca y no había convertido goles. Con toda esa carga, el árbitro hoy encaró al Mâs Monumental y parecía que iba a tener corto el partido con la amonestación a Aliendro.
Pero luego hubo infracciones de segunda amarilla por parte de Casco, Enzo Díaz, Enzo Pérez (cobró un foul al revés) y tampoco expulsa a Varela. Sin embargo, todo ese ‘muñequeo’ para que terminen 11 contra 11 fue por tierra con el penal que cobra al minuto 92 de Sández a Solari, donde el contacto es mínimo, e insuficiente para su cobro. Tras la conversión de Borja, el caos con Palavecino gritándole el gol a Chiquito Romero. Y la falta de criterio del árbitro continuó, echando a tres jugadores de campo a Boca (Equi Fernández, Merentiel y Valentini) contra solo uno de River (Palavecino), compensando con dos suplentes (Elías Gómez y Centurión), evitando cualquier intento de Boca de ir a buscar la igualdad.
Después, de juego, muy poco. Boca fue a buscar molestar e incomodar a River confiando en la velocidad de Villa y que Vázquez pueda mantener un poco la pelota arriba. Casi imposible. Luego la entrada de Merentiel tampoco cambió demasiado las cosas. Pero River tampoco podía hacer mucho, ‘Chiquito’ Romero, en parte responsable. Pero otra vez, los caminos condujeron a Darío Herrera, gran responsable de la derrota de los de Almirón y del tumulto final que fue vergonzoso. Muy tarde las quejas. A pensar a sumar en el campeonato para no sufrir para clasificar a la Copa Libertadores 2024 y lograr los octavos de final de esta edición, para luego barajar y dar de nuevo. Por ahora, Boca está en reconstrucción y con jugadores que no dan la talla.