El título más épico de Boca

Los más memoriosos, esos que conocen a la perfección las estadísticas y recuerdan momentos que otros no, quizá tiren este teoría a la basura en cuestión de minutos. Pero hay que decirlo: Boca ganó el campeonato local de los goles más gritados.

En Florencio Varela contra Defensa y Justicia, Luis Vázquez se encargó de aparecer en el momento justo y metió un zurdazo pifiado para darle al Xeneize tres puntos importantísimos de cara al futuro.

Días después, el pibe Luca Langoni dio vuelta el resultado ante Atlético Tucumán e hizo delirar a la Bombonera. Ahí estuvo, sin dudas, uno de los momentos de quiebre para el campeón del fútbol argentino.

Darío Benedetto llevaba casi 10 partidos sin anotar, pero apareció cuando tenía que aparecer y, de cabeza, le dio la victoria a Boca en el Superclásico contra River. El gol del Pipa no solo sirvió para aumentar la diferencia en el historial, sino para confirmar que los de la Ribera se metían de lleno en la pelea.

Gonzalo Morales, el “Toro”, no tiene ni 15 partidos en Primera, pero contra Vélez jugó como si llevara años en la máxima categoría. El juvenil destrabó un partido complicadísimo, en donde Boca no jugó bien, y su zurdazo tendrá más valor aún cuando pasen los años.

En La Plata vs. Gimnasia, la cosa estaba brava. Boca lo ganaba, el local se lo empató y el partido se tornó más complicado de lo imaginado. Las piernas pesaban, las lesiones eran un rival más y Racing se perfilaba como único líder. Pero otra vez apareció Langoni, la revelación de este torneo, para poner las cosas en su lugar: de rebote, ubicado de 9, enmudeció el Bosque y llevó alegría al pueblo boquense.

Boca ya tiene 73 estrellas dentro de su escudo. Algunas, como las que se consiguieron en Japón ante Real Madrid y Milan, tendrán un valor mayor. Pero a la hora de hablar de torneos locales habrá que entender que esta, la que ganaron los chicos formados en la cantera del Club, provocó emociones y rompió gargantas como ninguna.

El festejo del plantel dentro del vestuario: