Un River endeble cayó en Córdoba

Después del triunfo conseguido en Santiago del Estero contra Central Córdoba, River viajó al Mario Alberto Kempes para medirse con Belgrano e intentar prolongar su racha positiva.

En el arranque, los Piratas adoptaron una postura ofensiva aunque sin llegar a lastimar, mientras que los dirigidos por Martín Demichelis encontraron algunos espacios para contragolpear y se sintieron cómodos con ese juego. Así fue como Miguel Borja contó con un par de ocasiones claras que fueron anuladas por posición adelantada.

Con un activo Pablo Solari y apoyado en la sociedad entre Ignacio Fernández y Rodrigo Aliendro en la mitad de la cancha, el Millonario fue creciendo con el paso de los minutos y pasó a dominar los tiempos con la pelota, pero también perdió profundidad.

Después de la media hora, fue Solari quien tuvo la mejor oportunidad para abrir el marcador para la visita, cuando enganchó de tijera un centro de Andrés Herrera y forzó una tapada de Nahuel Losada para evitar el gol.

En la réplica, fueron los locales los que llegaron a fondo y no perdonaron. Un resbalón de Enzo Díaz, una buena resolución ofensiva de Ulises Sánchez, un centro de Ariel Rojas y un anticipo de Pablo Vegetti a Milton Casco bastaron para que los Celestes rompieran el cero cuando el trámite parecía encaminarse igualado al descanso. Con ese envión anímico, incluso pudieron haber ampliado tras una maniobra ensayada de tiro libre que no definió bien Gabriel Compagnucci.

El complemento mostró a un River con ganas pero sin muchas ideas para abrir a la ordenada defensa de Belgrano y, otra vez, al conjunto de Guillermo Farré muy efectivo para capitalizar los errores en la última línea de sus oponentes.

Una salida en falso de Herrera le dio la chance a Rojas de asistir a Vegetti y, con la misma fórmula que en el primer tanto, llegó el 2-0. En ambas jugadas quedó la sensación de que Franco Armani podría haber presentado mayor oposición, pero en definitiva fueron sus defensores quienes cometieron fallas que costaron demasiado caro.

Los de Micho parecían vencidos desde lo anímico, aunque volvieron a meterse en el partido después de una buena combinación entre Esequiel Barco y Solari en la que este último cedió al medio para la entrada de Nacho Fernández. El número 10, con su cara interna, puso la pelota junto a un palo y decretó el descuento.

Desde entonces, los de la Banda Roja fueron con voluntad, con esfuerzo y sin claridad. Solo un par de envíos aéreos pusieron en jaque la victoria de los dueños de casa, en particular cuando el ingresado Salomón Rondón cabeceó y Losada se lució con una gran estirada sobre el final.

River tuvo una noche deslucida y cayó contra un rival que no tuvo brillo pero sí un gran oportunismo y mucha eficacia dentro del área. La próxima semana, ya en el Monumental, se medirá con Argentinos Juniors para intentar revertir la olvidable imagen de esta noche en la que retrocedió en su consolidación como equipo.