Rollheiser rompe en La Plata

En ocasiones recuperar los orígenes acaba sacando lo mejor de un futbolista. Algo así le está sucediendo a Benjamín Rollheiser en Estudiantes. Pese a que el bonaerense tuvo su primer contacto con la pelota en la provincia de Coronel Suárez, de donde es oriundo, su manera de jugar al fútbol llegó a La Plata a una temprana edad. Antes de que Rollheiser formara parte de River Plate para desarrollarse a través del fútbol, a los nueve años tuvo un pequeño paso por el Pincha de 2010 a 2012.

Después de que en el Millonario no tuviera hueco y tuviera que buscar su suerte en otro lado, el camino de Benjamín desde que llegara a Estudiantes se ha labrado de una forma segura. Lejos de llegar y entrar como titular indiscutible, por su edad y su poco juego anteriormente las cosas hicieron que se tomaran con calma. No hubo prisa, pero tampoco pausa. Desde la dirección de la entidad platense sabían el potencial del jugador con el que se hacían. Ahora, obtienen los frutos de ello.

Rollheiser tiene 23 años solamente pero ya muestra cosas diferentes en cada partido que disputa para los de Eduardo Domínguez. Esto le ha llevado a que sea uno de los futbolistas más valiosos dentro del elenco que tienen en el club. El zurdo, que se encuentra rodeado de jugadores veteranos que le ayudan a proyectar mejor todo su fútbol, es un talento innato de los que no siempre se encuentran. Su discontinuidad, en ocasiones, puede ser el aspecto que más aqueja su forma de jugar, no obstante parece luchar contra ello para ser decisivo con más asiduidad cada vez que pisa el verde de una cancha.

Llegando a esta nueva aventura tras contar cada minuto que jugaba con River, en Estudiantes la cantidad de tiempo que se encuentra sobre el terreno de juego está más que justificada. Su polivalencia en el ataque también dan la posibilidad de utilizarle de diversas formas, aunque más que por posición Rollheiser es un futbolista de actuación por zonas. Como delantero, en los extremos o por el carril central, su impacto se acentúa porque tiene un pie para marcar diferencias, y una capacidad para superar rivales y romper en conducción que enriquecen su fútbol.

Con cinco goles y cuatro asistencias entre la Liga Profesional y Copa Sudamericana sus números podrían ser engañosos, pero su forma de jugar va más allá de los números. Eso sí, es un aspecto que también puede y debe mejorar para seguir dando pasos hacia delante. La calidad está ahí, y parece que en su regreso al club que le probó hace 13 años está teniendo un camino exitoso para ambas partes.