River aniquiló a Sarmiento

Después de la trascendental victoria en Chile por la Copa Libertadores, un River con la confianza renovada viajó a Junín para buscar, ante Sarmiento, la clasificación a los cuartos de final de la Copa de la Liga. Y no solo lo logró, sino que lo hizo sin dejar dudas y con una goleada sensacional.

El Verde demostró desde el inicio sus credenciales de equipo duro, ordenado y abocado a la lucha en todos los sectores del campo. Sin embargo, la intensidad que incomodó a la visita le duró apenas un cuarto de hora.

De a poco, los dirigidos por Marcelo Gallardo fueron consiguiendo el dominio territorial y administrando los tiempos del encuentro, con una particularidad: la extraña forma de marcar la pelota parada de los dueños de casa les otorgó facilidades para rondar el área y acercarse al gol.

Tras un par de avisos con disparos de Paulo Díaz y Enzo Fernández que tapó Josué Ayala, el arquero no pudo hacer nada para evitar el tanto de Tomás Pochettino quien definió con potencia y sin marca casi desde la medialuna.

El minuto fatídico de los locales incluyó inmediatamente después una caída de Federico Andueza que dejó a Julián Álvarez cara a cara con el ex guardavalla boquense y el goleador no perdonó para establecer el 2-0.

Antes del descanso y con un Sarmiento todavía confundido por el vendaval de los de Núñez, Milton Casco llegó al fondo por la izquierda, tiró un preciso centro y Álvarez amplió la diferencia y liquidó el pleito.

En el segundo tiempo, lejos estuvieron los de Israel Damonte de acomodar sus ideas y levantar el nivel. Por el contrario, River aprovechó al máximo los espacios concedidos y llegó con absoluta facilidad a posiciones de gol una y otra vez. Así fue como también marcaron Fernández y Esequiel Barco con sus respectivos remates cruzados.

Antes de dejar el campo en una tanda de cambios masiva del Muñeco para cuidar a los titulares, Álvarez extendió la goleada y sumó otra pelota para su museo personal. Poco más tarde, Santiago Simón, que acababa de ingresar, gritó el séptimo.

El último campeón del fútbol argentino se lucía y los juninenses, con la guardia baja, recibían un golpe detrás de otro sin oponer resistencia. La sensación era que cada vez que los de la Banda Roja pisaban el acelerador, aumentaban la ventaja.

De a poco, la voracidad riverplatense se fue atenuando y el trámite se extinguió entre la comodidad de los ya clasificados y la impotencia de los que hoy no pudieron estar a la altura de sus aspiraciones.

El jueves River se medirá con Fortaleza para tratar de sacar también su pasaje a los octavos de final del certamen continental. Mientras tanto, en el plano doméstico ya mira de reojo la Zona 2 para aguardar por su rival.