RACING

Racing tiene un diablo

El colombiano Johan Carbonero fue uno de los protagonistas en la Supercopa Argentina, erigiéndose como la mayor amenaza de Racing ante Boca.

KARIM SAHIBAFP

Para Racing la disputa de la Supercopa ante Boca en Abu Dhabi no era una cosa menor. El conjunto dirigido por Fernando Gago, que ya ganó al Xeneize el Trofeo de Campeones hace no mucho, buscaba en un nuevo lugar, lejos de Argentina, una nueva estrella en la historia de La Academia. Lo que podía suponer el segundo título del técnico en los banquillos. Para ello, el ex de Boca confiaría una vez más en que su equipo tuviera un equilibrio casi perfecto entre veteranía y juventud. Ese equilibrio que le llevó a ser uno de los mejores conjuntos del país en 2022, y que le ponía en la lucha por el primer trofeo en este inicio de 2023.

En Avellaneda estuvieron finos cuando vieron en el fichaje de Johan Carbonero una gran posibilidad. Proveniente de Once Caldas, el joven futbolista colombiano no ha tardado en ser uno de los focos ofensivos de su actual equipo. Ante Boca en el Hazza Bin Zayed, lo puso una vez más en manifiesto. Con 23 años, el presente de Carbonero es prometedor, pero aún más lo es por las cualidades que tiene en su fútbol. Un juego que le lleva a la imprevisibilidad, y aunque echa un pulso a los fallos, lo que puede ofrecer es tan valioso que merece la pena el riesgo a asumir.

ALI HAIDEREFE

El 1-2 de Racing ante Boca no se explica sin la participación del extremo cafetero. Aprovisionado por su velocidad y capacidad de regate, desde la banda izquierda hizo diabluras para volver loco a Advíncula. También a Roncaglia, que no pudo saltar con eficacia para cubrir sus recepciones. El gol del empate no fue una casualidad, sino más bien el primer salto ante lo que sería su gran partido. Un desmarque al espacio le llevaría a superar a Javier García en el mano a mano. Sería el primer zarpazo, pero no el último. Y la primera situación en la que tanto él como Moralez demostrarían que podían hacer una gran pareja de baile.

Desde la izquierda fue desde donde más generaron los de Fernando Gago. Con Aníbal Moreno como director de orquesta, el desequilibrio llegaba una vez Moralez recibía y este buscaba a Carbonero. En lo individual, el colombiano estuvo fino, ágil, preciso. No solo rompiendo a cada rival que se le ponía por delante, sino encontrándose con sus compañeros y alcanzando zonas en las que podía finalizar las jugadas. Javi García fue el único impedimento para que acabara con más de un gol. Pero lejos de eso, su mera presencia avivaba el peligro de La Academia. Así lo demostró con alguna falta, y también con la jugada que precede al penal que dio el título a su equipo.

Si Racing quería iniciar el 2023 con una situación que generara impacto, en Abu Dhabi lo han conseguido. Y allí, recorriendo la cancha, Johan Carbonero ha demostrado una vez más que pese a la locura que desprende su fútbol, y la inestabilidad que parece generar a veces, hay un valor alto para superar a los rivales.

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