RIVER PLATE
Por ahora, a River lo empujan los triunfos
El Millonario todavía no mostró una gran evolución, pero a base de actitud y efectividad volvió a ganar un partido importante en una cancha muy difícil.
La victoria de River en Lanús le devolvió la tranquilidad a Martín Demichelis luego de una semana en la que recibió muchas críticas por la inesperada caída en casa ante Arsenal de Sarandí. Sin embargo, el propio DT sabe que todavía le queda mucho camino por recorrer para que su equipo juegue como le gustaría.
“Sé que el hincha quiere un fútbol más dominante”, reconoció el conductor de un plantel que se va acoplando en algunos aspectos, pero aún se muestra frágil en otros que vienen de larga data. A los de Núñez les cuesta imponerse como en otras épocas, tanto de local como de visitante.
El Millonario modelo 2023 hasta ahora no difiere mucho de su anterior versión, la de la última temporada de Marcelo Gallardo. Es un equipo decidido pero no muy lúcido en ataque y, en contraposición a eso, algo frágil en el retroceso cuando el rival lo contragolpea.
La buena noticia es que este sábado en La Fortaleza los de Micho explotaron una cualidad que no venían teniendo: la efectividad. Apenas generaron tres ocasiones claras de gol que les bastaron para convertir dos veces. El Granate, en cambio, no pudo concretar sus oportunidades.
¿Qué es mejor? ¿Ceder la iniciativa, llegar poco y convertir en cada chance? ¿O tratar de tener un mayor control del partido que se traduzca en más ataques y terminar marcando goles casi por insistencia? La respuesta quizás sea encontrar un equilibrio, una búsqueda que el entrenador tiene entre sus prioridades.
Hoy Demichelis quiere un River que domine pero sin una voracidad descontrolada que se convierta en desorden, que conquiste el mediocampo con fútbol pero también con un esfuerzo extra para recuperar la pelota cuando la tiene el oponente, que presione pero no a la altura del área rival para no exponerse ante los envíos largos.
Algo de eso pudo verse en Victoria contra Tigre o incluso ayer en un tramo del primer tiempo, aunque el gran desafío será sostenerlo en el tiempo. Los de la Banda Roja están buscando su nueva identidad mientras resuelven problemas de arrastre, con un grupo de profesionales que no cambió demasiado desde los nombres en el último receso.
Al menos desde lo discursivo, el técnico riverplatense identifica las dificultades a las que se enfrenta: que Enzo Pérez no esté tan solo en la contención, que los centrales no queden mano a mano cuando el equipo no tiene necesidad de atacar con tanta gente, que los volantes puedan generar más sociedaded, que los centrodelanteros no se encuentren aislados del circuito de juego.
En la lista de aspectos positivos, que van apareciendo de a poco, se destacan las reinvenciones de Esequiel Barco y José Paradela, dos futbolistas desequilibrantes que no funcionaron recostados sobre las bandas y que hoy parecen mucho más cómodos con la libertad de moverse por el centro.
Dar en la tecla con la formación titular, encontrar un equipo y ratificarle la confianza, es otra cuestión que está aún en proceso. Miguel Borja y Salomón Rondón alternan como referencias de área, pero Lucas Beltrán no le teme a la competencia con un estilo de mayor movilidad y despliegue. Emanuel Mammana volverá esta semana a las listas de concentrados y peleará por un lugar entre los 11. Otros como Rodrigo Aliendro y Pablo Solari salieron por bajos rendimientos.
Todo el escenario describe a un ciclo que recién está en sus inicios y que apuesta al protagonismo, aunque hasta aquí solo lo consiguió en algunos momentos puntuales. Por lo pronto, que River gane lo ayuda a mejorar su confianza. Hoy por hoy, esa es la base sobre la que trata de construir sus cimientos, a sabiendas de que recién está colocando los primeros ladrillos.