La Vaselina de Rojas: a 20 años de un Superclásico inolvidable

La historia centenaria del Superclásico del fútbol argentino registra muchos antecedentes curiosos, otros pintorescos, algunos lamentables y también victorias que los hinchas de cada uno de los dos equipos recuerdan con especial cariño. Del lado de River, entre estas últimas aparece la del Torneo Clausura 2002.

Es que el Millonario, dirigido por Ramón Díaz, chocaba contra el temible Boca bicampeón de América, que aunque ya no tenía en el banco a Carlos Bianchi -reemplazado por Óscar Tabárez- y había perdido a Juan Román Riquelme por una lesión, mantenía un inmenso poderío en su plantel con destacadas figuras como Nicolás Burdisso, Mauricio Serna, Sebastián Battaglia, Guillermo Barros Schelotto y Marcelo Delgado.

Por el otro lado, los nombres no eran menores: Celso Ayala, Eduardo Coudet, Esteban Cambiasso, Andrés D’Alessandro, Ariel Ortega, Fernando Cavenaghi. Pero en ese contexto, se destacó un futbolista inesperado: Ricardo Rojas.

Los de Núñez, que no ganaban en La Bombonera desde hacía 8 años, lograron dos goles de ventaja en el primer tiempo gracias a Cambiasso y Coudet y aguantaron en el complemento a un Xeneize que se venía y hacía sentir la localía.

Sobre el final, llegó la acción que inmortalizó aquella tarde-noche. El misionero nacionalizado paraguayo se escapó por la izquierda, combinó con D’Alessandro y Ortega y recibió la pelota para encarar hacia el área.

En un movimiento, eliminó a Clemente Rodríguez y, bajo una lluvia que solo le dio más épica a su definición, la tocó por encima de Abbondanzieri y desató el delirio en la tribuna visitante.

Aquella jugada, recordada como “La Vaselina” no solo le dio tres puntos clave a River que fue campeón de ese torneo, sino que fue el único tanto que marcó Rojas en toda su trayectoria en Primera División. Como cada vez que lo recuerdan, hoy, a 20 años, a los riverplatenses se les dibujará una sonrisa.