Empate agónico del campeón en Rosario

Luego de haber quedado eliminado de la Copa Argentina a manos de Talleres, a River ya no le quedaban compromisos de relevancia hasta el del 1° de agosto contra Internacional por la Copa Libertadores. En consecuencia, Martín Demichelis se dispuso a rotar en la primera de las dos jornadas restantes de la Liga, contra Rosario Central.

En el primer tiempo, el resultado fue el esperado: un equipo alternativo falto de confianza del Millonario se vio superado por el Canalla desde lo actitudinal, aunque no tanto en lo futbolístico.

Los dirigidos por Miguel Ángel Russo encontraron en Alejo Véliz a su hombre más peligroso en ataque y, después de una pérdida de Salomón Rondón, el número 9 fue al centro del área a concluir la buena acción que construyeron entre Ignacio Malcorra y Jaminton Campaz para decretar el 1-0.

El dominio auriazul se extendió a los minutos subsiguientes, en los que llegó un cabezazo del goleador juvenil al travesaño. Aún así, los de Núñez intentaban también con sus armas y el fondo local concedía algunas ventajas.

Las decisivas intervenciones de Jorge Broun contra Pablo Solari y contra Rondón privaron a los de la Banda Roja de irse al descanso con el trámite empatado, algo que quizás hubiese resultado más justo en función de lo hecho por ambos.

Ya en el complemento, el atacante venezolano que había insinuado destellos de su jerarquía pudo concretar un anticipo ofensivo tras un centro de Solari desde la derecha y marcar la igualdad. Fue entonces cuando el campeón asumió el dominio y puso contra las cuerdas a Central.

Envalentonados por el gol, los suplentes de River fueron al frente y pudieron haber desnivelado el resultado en ese tramo, pero por el contrario terminaron sufriendo el segundo golpe producto de una desconcentración a la salida de un lateral. Campaz lo ejecutó rápido, Malcorra se filtró a espaldas de Emanuel Mammana y Véliz la empujó al arco vacío.

Los de Núñez no se desmoralizaron y volvieron a la carga, para igualar sólo cuatro minutos después con un potente disparo de Pablo Solari, a media altura, que dejó sin oportunidades al arquero centralista.

El trámite era intenso y estaba para cualquiera. Y la Academia volvió a pasar al frente, como consecuencia de una jugada de notable elaboración entre dos futbolistas que habían ingresado poco antes. La inició con un taco Gino Infantino, se filtró por el medio Luciano Ferreyra y, con un toque cruzado, burló el cierre de Robert Rojas y la estirada de Ezequiel Centurión para el 3-2 que parecía definitivo.

El recambio riverplatense, que no había tenido una mala actuación, tuvo su premio sobre el final. Corría el último minuto de descuento adicionado por Yael Falcón Pérez cuando Solari apareció por detrás de todos para empujar un centro cerrado de Enzo Díaz y establecer la paridad final.

El reparto de puntos resultó justo por la búsqueda de ambos y, mientras los dueños de casa se quedaron masticando bronca, River sumó un punto más para su cosecha.