Boca gana en el Monumental con un gol de Villa

En el marco de la séptima fecha de la Copa de la Liga, River y Boca volvían a encontrarse en el Estadio Monumental, a cinco meses del triunfo del último campeón del fútbol argentino en el anterior Superclásico. Pero en esta oportunidad, el festejo cambió de bando.

Como era de esperar, el Millonario asumió el protagonismo desde el inicio y la visita se abocó a entorpecerle el circuito de juego con un bloque defensivo compacto y apostando a la salida rápida con Sebastián Villa.

El actor principal de la primera mitad fue Julián Álvarez, aunque esta vez no pudo marcar como en el enfrentamiento de la Liga Profesional. El goleador que se marchará en julio al Manchester City se mostró particularmente activo y contó con tres chances frente a Agustín Rossi: en las primeras dos, definió desviado; en la tercera, el arquero achicó bien y le tapó un mano a mano.

Hasta el descanso, sin embargo, los dirigidos por Marcelo Gallardo no consiguieron ser del todo profundos, mientras que los de Sebastián Battaglia casi no pisaron el área rival.

Pero Boca se guardaba una carta y esperaba agazapado el error de los dueños de casa que llegó en el inicio del complemento. Leandro González Pírez cubrió la pelota a medias, se desentendió con Franco Armani y Villa aprovechó para robarla y definir al arco vacío.

Herido en su orgullo y con los ingresos de Juan Fernando Quintero y Braian Romero, River reaccionó con más actitud que nociones ofensivas claras. La mejor situación en ese tramo fue un disparo de Enzo Fernández que se estrelló en el travesaño.

De a poco, los jugadores riverplatenses y el público fueron perdiendo la paciencia y las buenas intenciones se diluyeron. Los de camiseta amarilla incluso pudieron haber ampliado con una buena escapada de Juan Ramírez que tapó Armani y no llegó a empujar con firmeza Óscar Romero en el rebote.

En los últimos minutos hubo tiempo para una gran tapada de Rossi a un cabezazo de emboquillada de Agustín Palavecino y para que se consolide un triunfo boquense que se basó sobre todo en el orden y el oportunismo. En Núñez, esta vez, la alegría fue para los de la Ribera.