River campeón del mundo: a 34 años del gran festejo en Tokio
Un día como hoy, en 1986, River vencía 1-0 al Steaua Bucarest y levantaba por primera -y hasta ahora única- vez la Copa Europea-Sudamericana.
En el repaso de la rica historia del Millonario, los éxitos recientes tendrán siempre un lugar preponderante. La gesta de Madrid, con la final de la Copa Libertadores ganada sobre Boca, será difícil de igualar por lo inimaginable de ese cruce y la intensidad con la que se vivieron esos 40 días que duró la definición.
Sin embargo, hay otro logro en el palmarés del club que cumple 34 años y hasta hoy resulta inalcanzable: la consagración en la Copa Europea-Sudamericana, en Tokio, con la victoria 1-0 sobre Steaua Bucarest.
El equipo que por entonces dirigía Héctor Veira viajó a Japón para disputar la Intercontinental, predecesora del actual Mundial de Clubes, y tuvo que enfrentarse al duro conjunto rumano que había vencido al Barcelona por penales en la final de la Copa de Campeones.
Reflejo de una época con mucha influencia de la política en el fútbol, en el marco de la Guerra Fría, el cuadro del ejército conformó la base de la Selección que participaría con éxitos en los Mundiales de 1990 y 1994.
River formó en aquella oportunidad con: Nery Pumpido; Jorge Gordillo, Nelson Gutiérrez, Oscar Ruggeri, Alejandro Montenegro; Héctor Enrique, Américo Gallego, Roque Alfaro (Daniel Sperandío), Norberto Alonso; Antonio Alzamendi y Juan Gilberto Funes.
El plantel que en octubre había obtenido la primera Copa Libertadores de la historia de la institución, cerró un año inolvidable que también tuvo el festejo del Campeonato de Primera División 1985/1986 (vuelta olímpica en La Bombonera incluida).
Ese 14 de diciembre, además, le puso punto final a su carrera profesional Norberto Osvaldo Alonso, figura emblemática del club en los '70 y los '80 que tendría su partido despedida en junio de 1987, en el Monumental.
Una avivada del Beto a la salida de un tiro libre le permitió a Alzamendi, después de un rebote entre el arquero y el palo, corregir con la cabeza y marcar el único tanto de la final. Iban 28 minutos del primer tiempo y quedó marcado para la posteridad.