BOCA JUNIORS
Con Riquelme, Boca volvió a estar feliz
La nueva comisión directiva asumió en diciembre y en marzo ya festejó un campeonato. Román trajo a Russo y Miguel le devolvió la felicidad al pueblo xeneize. No todo es casualidad.
Boca se renovó. Los socios y socias explotaron las urnas de votos en diciembre del año pasado y eligieron una nueva manera de conducir los caminos del club más popular de la República Argentina. Querían algo distinto, querían otra cosa.
Con la asunción de Jorge Amor Ameal y Mario Pergolini como presidente y vicepresidente primero, respectivamente, también llegó Juan Román Riquelme. El ídolo máximo salió de la comodidad, puso los pies en el barro y eligió pelear desde adentro para devolverle la felicidad al pueblo boquense.
La primera gran apuesta del nacido en Don Torcuato, que sólo se ocupa de las cuestiones futbolísticas, fue ir en busca de un viejo conocido de la casa: Miguel Ángel Russo. Román lo tuvo como DT en aquel 2007 glorioso, por eso confió en él para empezar a devolverle la felicidad a los hinchas de Boca. El pleno jugado en la ruleta trajo suerte y hoy el club festeja su estrella número 69.
Pero más allá de lo que ocurrió en materia fútbol, Boca también cambió la cara en otros aspectos: la Bombonera recibió más cariño y fue remodelada; los socios comenzaron a tener respuestas inmediatas y, más allá de alguna queja como ocurrió con el filtro, se sintieron más contenidos desde la institución. “Queremos abrir las puertas del Club”, dijo Ameal apenas ganó las elecciones. De a poco, la nueva gestión, que todavía tiene cosas por mejorar, comienza a instalar su manera de gobernar.
Boca está feliz, y en gran parte es gracias a que las cosas comenzaron a manejarse con cierta coherencia. El camino es largo por eso conformarse con eso sería un grave error. Siempre por más.