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SELECCIÓN ARGENTINA

Scaloni, perdido, no dio con la tecla para hacer jugar a Messi

El seleccionador suspendió en su primer partido con Messi en el equipo, incapaz de hacerle llegar balones cómodos al '10' ante la Vinotinto.

Actualizado a
Scaloni, perdido, no dio con la tecla para hacer jugar a Messi
Juan Carlos HidalgoEFE

La selección venezolana y el Wanda Metropolitano ponían a prueba la labor de Lionel Scaloni al frente de la Albiceleste y, pese a ser un amistoso, el DT rosarino salió muy tocado del choque.

Dudamel planteó un partido mucho más agresivo en la presión, tapando la magia de Messi con dobles y triples marcajes, suficiente para ahogar a Argentina y dejarla sin ideas. El '10' apenas recibió balones en línea de tres cuartos y, si lo hacía, tenía que inventarse alguna de sus clásicas jugadas de dibujos animados para buscar a algún compañero. Trató de encarar siempre pero, como acostumbra cada vez que se viste la zamarra albiceleste, pareció más humano que nunca.

Con un esquema con tres centrales y dos carrileros, Scaloni apostó por el doble pivote dejando a un lado la figura del '5', pero Paredes y Lo Celso siempre parecieron estar en minoría ante el poblado mediocampo vinotinto. Además, Venezuela llegaba muy cómodo al arco rival con contraataques continuos, por lo que la superioridad fue cosa de las dos áreas, dejando en nada la línea de tres zagueros.

La modificación en el esquema, sacando de su lugar habitual a Lisandro Martínez y Tagliafico, no fue una alternativa para que le llegaran balones claros a Messi, que pareció batallar solo una vez más ante el equipo rival mientras desde el banquillo seguían sin llegar soluciones. Más allá del capitán, solo Lautaro Martínez mostró algo de orgullo, insuficiente ante una Venezuela que demostró que cada vez va a más.

La Albiceleste de Scaloni dejó la sensación de cometer los mismo errores que en los últimos años, sin mejoría a la vista en la forma de jugar y esperando un milagro del de siempre. Con Scaloni, han cambiado los nombres pero no el juego ni las sensaciones.

Llegado al puesto casi de rebote tras el desastre del Mundial con Sampaoli, el seleccionador tiene que ponerse manos a la obra para evitar una debacle en la próxima Copa América y, de paso, reivindicarse como un técnico de primer nivel o, al menos, a la altura del equipo al que dirige. No queda mucho tiempo pero el margen de mejora es amplísimo. El tiempo -y la inspiración de Messi- dirán.