Sufrir para festejar: Argentina ganó a lo Argentina

Podemos decir que solo a nosotros se nos complica un partido que vamos ganando 2-0, en donde el rival casi ni pisa el área y en donde generamos situaciones como para hacer dos o tres goles más. Ni con Leo Messi marcándonos el camino podemos relajarnos. Al fin y al cabo, lo ocurrido en los octavos de final vs. Australia nos describe casi a la perfección. Nadie, nunca, nos regaló nada.

El pueblo que tiene a Maradona como Dios supremo vive horas felices, pero antes de chocar las copas por una nueva victoria le reza a San Dibu Martínez, el encargado de conservar vivo el sueño de quienes anhelan ganar la tercera y olvidarse un rato de las penas de la vida. Porque si hay algo que siempre tuvimos fue memoria, sobre todo con aquellos que nos sostuvieron en momentos bravos.

El viernes, las parrillas volverán a encenderse, las banderas flamearán desde los balcones, las calles se teñirán de celeste y blanco y Doha volverá a latir al compás de la hinchada más popular del Planeta Tierra. Se viene Países Bajos: pobre del que quiera robarnos la ilusión.