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BOCA JUNIORS

Varela vuelve a ser

El juvenil recibió un nuevo voto de confianza y respondió. Cuando él está bien, el equipo crece. Hoy, no hay dudas: es el 5 de Boca.

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Soccer Football - Copa Libertadores - Group C - Santos v Boca Juniors - Estadio Vila Belmiro , Santos, Brazil - May 11, 2021 Boca Juniors' Alan Varela walks off the pitch at half time Pool via REUTERS/Guilherme Dionizio
GUILHERME DIONIZIOPool via REUTERS

Boca necesitaba pegar un giro. Cambiar, mostrar otra imagen, asumir el protagonismo dentro del campo, contagiar desde adentro hacia afuera y, como se dice en la jerga futbolera, llevarse puesto al rival. Contra Defensa y Justicia lo logró, por eso la gente se fue con una sonrisa por las calles del barrio de La Boca y festejó la clasificación a semifinales de manera especial.

Desde hace algunas semanas que el equipo es otro. Sebastián Battaglia se dio cuenta que necesitaba zagueros que jueguen en mitad de cancha para tener un bloque más compacto y, sobre todo, un volante central que tenga salida limpia y socios a sus costados para generar volumen de juego. Y es aquí donde Alan Varela asumió un rol protagónico dentro de la función.

El juvenil de 20 años vuelve a ser. Como en aquellos tiempos de Miguel Russo, quien lo hizo debutar en la máxima categoría, el mediocampista muestra todo su repertorio con la pelota en los pies. No se esconde, las pide siempre, erra muy pocos pases y sigue la línea que en algún momento supieron marcar Fernando Gago y Éver Banega, dos que jugaban en su puesto y tenían características similares. Cuando él está bien, el Xeneize crece.

El tiempo de adaptación al famoso Mundo Boca todavía continúa para Varela. Adentro, pero también afuera del terreno de juego. Por eso, los más experimentados del plantel deberán asumir la condición de referentes, guiarlo, intentar que no se maree con los flashes, alejarlo de los elogios de los oportunistas y convencerlo de que la oportunidad de ser titular con la camiseta azul y oro no ocurre todos los días. Solo los que son demasiado buenos, como es su caso, pueden asumir la presión y jugar como si tuvieran 100 partidos oficiales en el lomo, cuando en realidad recién tienen 42.