Un punto que dejó a River al límite

Casi sin margen de error en la Copa Libertadores, River viajó a Lima para medirse con Sporting Cristal, con la necesidad de sumar de a tres para no perder el tren en el ajustado Grupo D.

Con el resultado puesto del partido de The Strongest, que le había ganado en el primer turno a Fluminense, la obligación de la victoria se acentuó para los dirigidos por Martín Demichelis, que salieron decididos a conseguirla.

A partir de la presión alta y de la movilidad de sus volantes ofensivos, los argentinos sometieron a los dueños de casa y tuvieron las ocasiones más claras de la etapa inicial. Una escapada en solitario que no resolvió bien Ignacio Fernández y un tiro libre de Nicolás De La Cruz que pasó cerca del ángulo fueron los primeros avisos que dieron los visitantes en el Estadio Nacional.

Mientras el partido transcurría sobre todo en el medio con lucha y pierna fuerte, los Celestes cedían la pelota y trataban de capitalizar algún error o desconcentración de los de la Banda Roja que se mostraban enfocados en el encuentro.

Antes del descanso, el dominio riverplatense se profundizó y Esequiel Barco contó con la mejor oportunidad para abrir el marcador, aunque su disparo de sobrepique desde la puerta del área chica se estrelló en el travesaño.

Pero en el complemento, River empezó a conceder algunas ventajas por fallas propias y le terminaron costando demasiado caro cuando Franco Armani dejó corto un despeje y Yoshimar Yotún lo fusiló para poner el 1-0.

El resultado era injusto y a los de Micho eso empezó a pesarles en el ánimo y hasta tuvieron un rato de desconcierto en el que pudieron haber sufrido algún gol más en su arco.

Aún así, una corrida de Nacho Fernández y un agarrón de Lutiger pudieron haber cambiado el rumbo del partido. A instancias del VAR, el árbitro Cristian Garay sancionó penal y expulsó al defensor. Como en el Superclásico, el ingresado Miguel Borja asumió la responsabilidad, pero esta vez su remate fue detenido por Renato Solís.

Golpeado en su orgullo, River siguió yendo y obtuvo su premio luego de otro tiro en el travesaño de Barco. El rebote le cayó a José Paradela que cabeceó al medio y Rodrigo Aliendro la empujó para igualar las acciones.

En el cierre, el partido se rompió y los de Núñez pudieron ganarlo pero también perderlo cuando Joao Grimaldo estrelló un tiro en el palo de contragolpe.

El punto dejó al Millonario masticando bronca y ahora sólo le queda una chance: debe ganar los últimos dos encuentros del grupo en el Mâs Monumental para avanzar a octavos de final sin depender de nadie.