RIVER

Reflexión y autocrítica: River tocó fondo a tiempo

El Millonario mostró su versión más floja en Liniers, pero Vélez lo perdonó y la serie sigue abierta. “Peor no se puede jugar”, opinó Gallardo que buscará un volantazo en la revancha.

JUAN MABROMATAAFP

Fue una de esas noches aciagas, que tienen todo para dejar a un equipo eliminado de la Copa Libertadores: errores que cuestan caro, impericia en la definición, imprecisiones en el circuito de juego y desconcentraciones prolongadas.

Tal como había ocurrido con Palmeiras en la edición 2020, River hizo frente a Vélez poco para llevarse al menos un empate y mucho para ser goleado, además de un evidente mérito del rival de turno.

En el primer tiempo, los de Núñez fueron protagonistas, generaron algunas chances concretas e incluso no merecieron la desventaja que fue causada por el apresurado cruce de David Martínez para cometerle un innecesario penal a Lucas Janson.

Más allá de un cuarto de hora de desconcierto posterior al gol, el Millonario dio señales de que ajustando algunas piezas en el descanso podía hacer pesar su jerarquía y su experiencia copera para conseguir un mejor resultado en Liniers.

En el complemento, sin embargo, todo se desmoronó. Un equipo desconocido en su fragilidad anímica y con muchos cambios se desordenó tácticamente, empezó a perder de manera sistemática las pelotas divididas, concedió exagerados espacios en el retroceso y fue salvado por la figura de Franco Armani.

Una derrota de visitante en la Copa puede estar dentro de los planes, pero en este caso fue la forma lo que generó la alerta en el entrenador. “Me voy con la sensación de que no estuvimos”, expresó con preocupación y autocrítica en la conferencia de prensa.

La palabra del Muñeco se ajustó a la realidad en función de que sus dirigidos fueron anulados por el Fortín a punto tal de que haber caído por un solo gol terminó siendo la noticia más alentadora de la jornada. La serie pudo haberse terminado anoche.

Del “peor que esto no se puede jugar” nace una nueva oportunidad de redención para un ciclo que sabe de estas cuestiones, pero que hoy parece sustentar su ilusión más en las hazañas del pasado y en la convicción de una idea que en el presente futbolístico.

Aunque es cierto que, de 2014 a esta parte, en más de una ocasión River consiguió un triunfo a tiempo cuando parecía tener la cabeza en la guillotina y basó en la confianza sorprendentes recuperaciones que terminaron en gestas inolvidables.

El miércoles próximo, Gallardo estará ante un nuevo punto de inflexión, mucho antes de lo esperado en un año por ahora discreto en las paradas bravas. Será quizás la posibilidad de despegue, o la ilusión se cortará temprano en 2022.

Lo más visto

Más noticias