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SELECCIÓN ARGENTINA

Di María: “Haber jugado con Messi es lo mejor que me pasó”

Ángel Di María en modo campeón del mundo, dio detalles en la TV Pública de su peregrinación rumbo a la gloria eterna de Qatar 2022, con los sinsabores en el medio.

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Argentina's midfielder #11 Angel Di Maria kisses the FIFA World Cup Trophy during the trophy ceremony after Argentina won the Qatar 2022 World Cup final football match between Argentina and France at Lusail Stadium in Lusail, north of Doha on December 18, 2022. (Photo by Kirill KUDRYAVTSEV / AFP)
KIRILL KUDRYAVTSEVAFP

Ángel Di María habló en la Televisión Pública, en una extensa entrevista donde no dejó nada en el tintero en lo que se refiere a la Selección Argentina. Desde el pozo en la final de Brasil 2014 a la gloria en Qatar 2022, el transitar la vida siendo campeón del mundo y el liderazgo de Lionel Messi.

Las críticas antes de ser campeón: “Para controlar la cabeza pienso que los de afuera son de palo. Que si yo estoy donde estoy es porque me lo gané, porque lo logré en cada entrenamiento, en cada partido, en cada club. Llevo 15 años en la Selección Argentina y si estuve durante todo ese tiempo es porque la luché, porque siempre pelee para vestir esa camiseta y que realmente los de afuera no existían, que era yo el que tenía que estar ahí adentro y disfrutar como lo hacía cuando era chico”.

El presente y el disfrute: “Estoy en el mejor momento de mi vida, con mi mujer, con mis hijas, en el fútbol. Lo logré todo y eso para mí es lo principal. Mi familia es mi motor, es el desconectarme de todo. Cuando se viene una tribuna abajo coreando mi apodo es algo que tanto deseaba. Después de tantas críticas y tantas cosas que pasaron, el estar en una cancha y escuchar la ovación de la gente, me hace poder decir que ‘di vuelta la tortilla’. Lo único que me hace feliz es ver a la gente feliz, le dimos una alegría muy grande al país. Me quedo con haberle podido enseñarles a muchos chicos a creer, a soñar, a no darse por vencido, a seguir creyendo por lo que uno hace, que la generación de chicos de ahora vean que nada es fácil en la vida, que todo cuesta, pero que si le metes esfuerzo los sueños se pueden cumplir”.

La Copa América 2019, punto de inflexión: “Ahí fue el golpe cuando jugué el primer partido contra Colombia y después fui al banco en todo ese torneo. Después de ese torneo me pegó un poco el clic y me di cuenta de que tenía que cambiar. Se decía lo mismo de siempre: que no tenía que estar en la Selección, que no lo merecía. Todas esas cosas que se dijeron después del Mundial del 2014, de todas las finales perdidas, de que la Selección no era para nosotros, de que afuera jugábamos bien y en Argentina mal. Lo que más me dolió a mi fueron las criticas que no eran deportivas. Uno tiene familia, tengo a mis viejos que están en Argentina y que escuchan todo, que sufren. Ellos están todo el día escuchando eso. Todas esas cosas lo terminan matando a uno, mismo porque ves que la familia sufre por culpa de otros. Lloraron muchas veces. Mi mamá me decía ‘para qué vas a seguir sufriendo’ (entre lágrimas). Al fin y al cabo, un día terminó cambiando todo y le pude dar la alegría más linda de poder ser campeón con la Selección Argentina”.

La Selección, como en casa: “Un Mundial se vive distinto cuando hay ya tanta experiencia, pero se vive con los mismos nervios. Lo que se vive en un Mundial y en una Copa América no se vive en otro lado, no se vive en un club. Vestir la camiseta de tu país y representarla en torneos como esos es lo más lindo que hay. Me rompí todo en los clubes para poder estar en la Selección. Cada vez que voy al predio de la AFA siento como que estoy en el jardín de mi casa. Es lo más lindo ponerte la camiseta de la Selección en el entrenamiento, tenerla todos los días. Gracias a Dios pudimos meter la tercera estrella en la camiseta y es algo que va a quedar eternamente en nuestras vidas”.

El debut en el Mundial de Qatar: “No me costó mucho dormir previo al debut contra Arabia Saudita. El problema fue la semana anterior que fuimos al partido amistoso en Abu Dabi porque no llegaba más el momento, entonces ahí es cuando estás un poco más nervioso. Mucho no me creían, pero yo estaba tranquilo después de la derrota ante Arabia .Sabía que en algún momento ese golpe nos lo íbamos a dar. Sabía que si pasaba en el primer partido, era lo mejor que nos podía pasar porque a partir de ahí era revertir la situación y empezar a meterle con todo. Veníamos con la confianza del invicto, pero ese golpe nos iba a ser más fuertes, íbamos a reaccionar y a demostrar que no siempre se puede ganar”.

El examen ante México: “Sabíamos que contra México iba a ser un partido muy difícil, trabado, que México se iba a meter atrás, que no nos iban a dejar espacio, que a Leo lo iban a tener marcado hombre a hombre. Al fin y al cabo hay jugadores que tienen muchísima calidad en la Selección, que demuestran en cada partido que en esos partidos importantes terminan sacando la chapa de jugador importante. Al final tenemos al mejor de la historia que te termina solucionando los problemas”.

La lesión y el retorno de los fantasmas: “La verdad que no lo podía creer porque no tenía molestias y estaba bien. Había ido a presionar al arquero y, cuando estaba girando, sentí como un calambre en el cuádriceps. Seguí corriendo y no tenía nada, pero cuando frenaba sentía que me molestaba. Cuando volví a correr, Scaloni me preguntó cómo estaba y le dije que bien. Era una sensación rara y ahí dije ‘mejor paro’. Después en el estudio no salió nada, solo una cicatriz vieja que había sufrido, pero que me impedía frenar y arrancar, que son las cosas que yo más hago constantemente. Psicológicamente, un poco me mató eso porque estaba bien y venía haciendo las cosas bien. En algún momento dije ‘otra vez no, no puede ser’, pero estaba positivo de que si era algo iba a ser chico, de que iba a llegar. Ya contra Holanda podía estar para jugar unos minutos y me sentí bastante bien, más allá de que todavía tenía alguna molestia, pero era mínima. Contra Croacia me vino bien no jugar porque tenía la adrenalina de querer jugar la final sí o sí”.

La previa de la final del mundo: “No sé cómo manejé la cabeza antes de la final del Mundial. Lo tomaba como un partido más por la tranquilidad de que habíamos ganado la Copa América y la Finalissima. No estábamos con la presión de que sí o sí se tenía que ganar porque ya lo habíamos hecho antes. Ese día me levanté 10:30 AM. Lea (Paredes) ya se había levantado ansioso como siempre. Le mandé una foto a Otamendi diciéndole que tenía el mate y nos juntamos en una habitación. Teníamos la tele puesta mirando a la gente en Qatar y estábamos cantando como hacíamos todos los mañanas. Estábamos tranquilos y eso era lo más importante. Antes de la final ya habíamos cumplido, habíamos logrado algo muy importante para la Argentina, que fue el ya haber ganado dos finales, el haber llegado a una nueva final, el darle una alegría tan grande a la gente de que pueda ver los siete partidos”.

El liderazgo de Messi: “Si lo ves tranquilo al Enano ya está (risas). Messi marca un poco el ánimo del grupo. Es lo mejor que me pudo haber pasado en mi carrera, el haber podido jugar con él. Compartí muchos mundiales con él. En el Mundial del 2022 lo veía igual que en el del 2014, tranquilo, con ganas, feliz, enfocado al 100%. Todo depende también de cómo viene todo. En el 2010 entramos al Mundial con lo justo y en el 2018 también. Cuando las cosas no están del todo bien, es difícil no estar completamente tranquilo. En el 2014 habíamos clasificado perfecto y a nivel grupal también, parecido a ahora. En cada cosa que hacíamos, él estaba siempre alegre. Eso te da toda la tranquilidad porque ves que todo va encaminado”.

La derrota desde afuera en 2014: “Cuando me perdí la del 2014 fue lo peor que me podría haber pasado. Fue el momento más duro de mi carrera en el fútbol. En ese momento pensé que era más importante tener un compañero que esté al 100% que yo estar al 80%. En una final del mundo si no estás al 100% no ayudas a tus compañeros. La final del 2022 no me la iba a sacar nadie, mas allá de que igual me sentía bien”.

Titular en la final del mundo de Qatar: “Cuando miro la pizarra de Scaloni no me veía en la derecha, donde estaba jugando en la cancha. Después me ví ubicado en el lado izquierdo y no entendía nada (risas). El DT dijo que yo iba a jugar ahí porque era el lugar donde más podíamos hacerle daño a Francia y donde yo podía divertirme y hacer desastres, que era el lugar donde más podíamos tener oportunidades de gol. Cuando vi que yo jugaba se me puso la piel de gallina y dije ‘es esta’. Esa sensación de verme en el equipo fue algo que deseaba hace ya ocho años atrás, era la revancha. Le agradecí a Dios por el momento que iba a vivir. Le agradecí que iba a estar toda mi familia, como siempre en los buenos y en los malos momentos”.

El recuerdo de los que pasaron y no pudieron: “Pasaron tantas cosas en mi carrera que sentía que todo lo que no me había podido pasar antes, me tenía que pasar ahora. Arrancó todo en la primera Copa América que ganamos, a partir de ahí me di cuenta que todo había cambiado, que era momento de poder disfrutar lo que no había podido disfrutar antes. Es inexplicable tener 35 años y haber podido ganado en este último tiempo las tres competiciones con la Selección Argentina. Me quedo con la espina de no haberlo podido lograr antes con los otros chicos como Masche, Biglia, el Pipa, con el Kun. El grupo del 2014 fue espectacular como el que tenemos ahora. No haberlo podido lograrlo con ellos es una de las cosas que me dolieron. Cuando disfruté, canté y tuve la copa en la mano me acordé de ellos. Todo esto es también gracias a ellos. Los jugadores de ahora como Paredes y De Paul dijeron que les enseñaron a vestir esta camiseta y esa es una de las cosas más lindas que les podes decir a los que estuvieron antes”.

El penal de Gonzalo Montiel: “En el penal de Montiel yo estaba pegado a Aimar. Cuando iba corriendo se me desvanecían las piernas. Hubo un momento en los penales en los que veía doble de los nervios, se me había como ‘cerrado la persiana’. Era demasiada la tensión que estaba teniendo porque teníamos la copa ahí y de la nada se nos iba. La confianza en el Dibu y los demás compañeros estaba al 100%. En cada penal hubo nervios, ansiedad. Cuando hizo el gol Montiel me tiré al piso de rodillas y le agradecí a Dios por el momento que habíamos vivido y por lo que íbamos a vivir. Sabíamos que nuestras vidas iban a cambiar para siempre, éramos eternos”.

¿Qué es ser campeón del mundo?: “Soñaba con mi vida ser campeón del mundo. Haberlo logrado es lo máximo que me podía pasar en mi vida, me la cambió al 100%. No soy de los que se levanta y dice ‘soy campeón del mundo’. Soy de los que piensa que todo sigue y querer ganar más cosas. Soy de los que juegan y quiere seguir ganando. Sé que soy campeón del mundo y que somos eternos, pero yo quiero seguir ganando y ojalá pueda estar en la próxima Copa América y podamos ganarla”.