River Plate

Demichelis, entre el desconcierto y el optimismo

El entrenador de River planteó un partido correcto en Lima, pero el equipo se fue desajustando con sus cambios. “Vamos a clasificar”, se esperanzó en la conferencia de prensa.

Paolo AguilarEFE

El Millonario se encuentra mucho antes de lo previsto en una situación límite en la Libertadores, luego de una igualdad en Perú que lo dejó sin margen de maniobra para las últimas dos fechas en las que tendrá la responsabilidad de ganar como local para no quedar eliminado en Fase de Grupos.

Mientras avanza a paso firme en el torneo doméstico, con algún traspié aislado, el equipo de Martín Demichelis sigue sin conseguir el aplomo necesario para un certamen continental que no perdona los errores, las desconcentraciones o las debilidades psicológicas en momentos clave. Irse media hora de la Copa puede costar la despedida y River ya tuvo varias lagunas en sus cuatro presentaciones.

Haber sacado solo un punto sobre nueve posibles de visitante puede ser una circunstancia, pero en este caso es una consecuencia de una serie de malas decisiones e infortunios que sólo podran ser salvados por una producción perfecta en el Mâs Monumental. Los de la Banda Roja que habían dosificado mal sus energías en La Paz y habían sido demasiado osados en un contexto adverso en Río de Janeiro, anoche en Lima salieron a buscar la victoria con determinación y la merecieron, pero cometieron un pecado imperdonable: se equivocaron gravemente en las dos áreas.

Las falencias en la definición y una pifia de Armani en la salida, sumadas al penal errado por Borja, allanaron el camino para volver a Núñez con las manos vacías. Sólo el orgullo y la actitud, quizás dos virtudes a las que aferrarse para sostener la esperanza, bastaron para salvar un empate que hoy invita al pesimismo, pero que al menos da la chance de no depender de otros resultados para clasificarse.

“Creo que jugamos mejor que contra Platense. Con este rendimiento de visitante merecimos más. Nos vamos con un punto que es mezquino, pero nosotros no lo fuimos. Nos faltó un gol para ganar, pero las chances las generamos”, analizó el DT en la conferencia de prensa posterior al encuentro.

Sus palabras tienen una dosis de verdad, aunque también es cierto que en el tramo final su equipo volvió a entrar en la locura de ir desesperado en la búsqueda de un gol y se desbalanceó sin necesidad, exponiéndose a contragolpes que podrían haber derivado en una derrota.

En el mismo sentido, Micho aseguró no tener nada para reprocharse y puntualizó: “No tuvimos la cuota de suerte para ganar el partido. La efectividad es parte de esto y a veces con una jugada alcanza, pero no podemos resignar no ser dominantes”.

La realidad es que sus dirigidos obtuvieron una igualdad cuyo valor sólo podrá analizarse en perspectiva cuando termine de disputarse el Grupo D. Si River no venció a los rivales más accesibles de visitante, ahora deberá remendarlo venciendo al más difícil de local. De lo contrario, su tiempo en la edición 2023 de la Libertadores habrá terminado.

“Hay que corregir lo malo y sostener lo bueno. No hay más margen de error contra Fluminense, pero vamos a clasificar”, se convenció el entrenador al que algunos ya miran de reojo. Pero así como una seguidilla negativa lo dejó al borde del precipicio, un triunfo en un par de semanas podría devolverlo a su lugar de conductor de una nueva ilusión. Eso sí, ahora ya no queda lugar para un paso en falso.

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