BOCA JUNIORS
Boca, un equipo poco confiable
Los dirigidos por Battaglia no encuentran regularidad y, por momentos, son sólo una acumulación de individualidades. Así, muy difícil.
Hace no tanto tiempo, Boca fue a La Plata y se plantó contra Estudiantes. Días después, sin tener el mismo control del partido, pero mostrando aspectos interesantes, repitió frente a River en el Monumental y se quedó con el Superclásico. Sin embargo, lo que tendría que haber sido un espaldarazo, terminó siendo un boleto directo al retroceso y la involución.
El equipo dirigido por Sebastián Battaglia hizo agua después de imponerse en la casa de su eterno rival y flaqueó ante Huracán (hoy en la décima posición), Arsenal (décimo segundo) y Lanús (último de la tabla). Los resultados no acompañaron y el nivel futbolístico dejó muchísimo que desear. En el medio de todo esto, una preocupante derrota en Cali y un apático triunfo vs. Always Ready por Copa Libertadores.
El juego asociado que apareció a principios del ciclo ya no se ve. Los constantes cambios de esquema, que funcionan en cuotas y a modo de parche, parecen ser manotazos de ahogado por parte de un entrenador poco convencido de su idea. Sebastián Villa aparece, otra vez, como “el salvador” ante cada ataque. En fin, las individualidades volvieron a ser más protagonistas que la parte colectiva.
Este Boca es capaz de ganarle a dos de los mejores equipos, pero perder contra el que acaricia el fondo. La poca regularidad define a la perfección al conjunto de la Ribera, que deja disconforme a su gente hasta cuando suma de a tres. Claro está que las victorias maquillan lo que las derrotas exponen, pero el problema sigue siendo el de siempre: las formas.
En el fútbol puede ocurrir cualquier cosa, y por eso nos gusta tanto, pero qué difícil se hace imaginar al Xeneize consiguiendo cosas importantes con este andar. ¿Y si de una vez por todas se apuesta por un proyecto a largo plazo?
