Boca, eliminado de la Copa ante Corinthians en los penales

Los primeros 45 minutos fueron todos del Xeneize, que salió decidido a imponer condiciones, manejó la pelota, tuvo la posesión a su favor y generó las ocasiones más claras. El Timao, con línea de cinco defensores y cuatro volantes, esperó, no arriesgó demasiado y casi que ni hizo trabajar a Agustín Rossi.

A los 25′ ocurrió la primera emoción de la noche: Raúl Gustavo le pegó un tremendo codazo a Guillermo “Pol” Fernández, el VAR llamó al árbitro y el uruguayo Andrés Matonte cobró penal. Darío Benedetto, en su partido número 100 con la camiseta azul y oro, se hizo cargo y le pegó fuerte, pero su remate se estrelló en palo derecho.

La gente siguió alentando, pese a lamentar la situación desperdiciada por el goleador, y los dirigidos por Sebastián Battaglia casi que ni sintieron el impacto por la ocasión malograda. Los brasileños, igual que al principio, la nada misma: el primer córner a favor que tuvieron fue pasados los 35′.

El trámite fue trabado, disputado, un tanto cortado y con demasiadas interrupciones por parte del juez. Los locales merodearon el gol, pero no contaron con la eficacia necesaria para batir al histórico Cássio. La ovación del público marcó el termómetro y las sensaciones fueron más que positivas.

El inicio del complemento tuvo la misma fórmula: Boca yendo para adelante, siendo superior en todas las líneas, achicando espacios hacia campo rival y maniatando a los de San Pablo, que pese a las modificaciones de su entrenador Vítor Pereira nunca pudo afirmarse en el campo.

Sebastián Villa tuvo muchísima participación por el costado izquierdo, el lado por donde el elenco de la Ribera inició la mayoría de sus embestidas, le apostó al uno versus uno, pero le costó culminar bien los ataques. Los brasileños, por más reiterativo que suene, jamás tuvieron aspiraciones.

Faltando 15 minutos para el cierre del encuentro, Battaglia movió el banco por primera vez y desarmó el esquema: afuera Exequiel Zeballos, de poca participación, adentro Juan Ramírez. Un volante más para juntar pases en el medio, generar superioridad en dicha zona y cambiar el ritmo a la hora de atacar.

El reloj siguió corrieron, los minutos fueron consumiéndose, la visita cerró los caminos y Boca no pudo entrarle con claridad, más allá de ser el único equipo que asumió, verdaderamente, el protagonismo de la revancha. Luego de la adición, llegó el final del encuentro y los penales se adueñaron de la definición.

Esta vez, la fortuna no estuvo del lado de Boca desde los 12 pasos y Corinthians sorprendió a todos con su pasaje a cuartos de final. Golpazo para los de la Ribera.