Argentina tiene banquillo

Después del partido ante Arabia Saudita, una de las dudas sobre Argentina era el cómo podía gestionar los cambios para cambiar la situación de los partidos. Tras asimilar el golpe de la primera derrota del Mundial en el partido inaugural, el cruce ante México era importantísimo para los de Lionel Scaloni. Se notó sobre el terreno de juego. La tensión y el bloqueo que sufrieron los futbolistas argentinos durante parte del partido fueron un muro para conseguir hacer más cosas. El trabajo de la selección del Tata Martino fue bueno, pero el primer rival de la Albiceleste era ella misma.

A Scaloni no le tembló el pulso para realizar cambios de inicio antes de que sonara el pitido inicial. La mitad de los jugadores de campo variarios. Los dos laterales, un central y dos centrocampistas. El técnico tenía claro por dónde tenían que cambiar las cosas, y aunque estas variaciones no señalaban a nadie, Argentina pedía algo “nuevo” para afrontar la ‘final’ ante los centroamericanos.

No es que las modificaciones surtieran un gran efecto hasta que Lionel Messi abriera el marcador. Lisandro Martínez fue el más destacado, seguramente, entre los que partieron en el nuevo XI inicial del seleccionador. Su pelea ante Alexis Vega y Chuky Lozano (sobre todo) hizo que valiera la pena apostar por él. Seguro y fuerte en el choque, estuvo atento para salir de zona para cortar cualquier situación que pudiera conllevar algo de peligro. En los laterales, Acuña estuvo más acomodado que Montiel. El lateral izquierdo en algunas ocasiones parecía un extremo, aunque Argentina apenas tuviera ideas para lanzarse por el costado. En cuanto a los centrocampistas, Alexis Mac Allister estuvo más suelto que su compatriota Guido Rodríguez. El del Betis, que en más de una ocasión se colocaba entre centrales para que estos se abrieran y pudiera haber una situación para salir de manera más limpia, no estuvo del todo cómodo. Por su parte, el del Brighton no tuvo grandes momentos, pero cuando consiguió soltarse pudo tener alguna que otra situación en la que parecía el más indicado para encontrar a Messi por el carril central.

Durante el partido, los cambios realizados por Argentina no se demoraron en exceso. Los dos más destacados fueron los de Enzo Fernández y Julián Álvarez. El primero, que se encuentra en el debate de si debería ser titular, fue el que consiguió traer la calma a todo un país con el 2-0. El del Benfica dio algo de poso con la pelota, y abarcó campo para hacer la vida más fácil a sus compañeros. El despliegue sobre el terreno de juego que ofrece atestigua el buen momento con el que llega al Mundial, algo que además certifica con su llegada. La ‘Araña’ es un atacante que también demuestra dar aire cuando actúa. Su intensidad repone la energía del equipo, y sus movimientos arriba posibilitan que las ocasiones también lleguen (es uno de los responsables de que Messi se encuentre solo en el 1-0).

Cuti Romero, Nahuel Molina y Exequiel Palacios redondearon la actuación en el tramo final del segundo tiempo para su selección. Cuando Argentina necesitó piernas frescas los cambios ofrecieron garantías para que México se fuera quedando sin ideas. Las ayudas, el tratar de no tener nerviosismo con la pelota...Lionel Scaloni cuenta con un banquillo de garantías, y en un Mundial buscar un efecto en este sentido no tiene que ir junto a las dudas. Tanto en cambios de un equipo titular a otro como a lo largo de los 90′, Argentina ha demostrado que sus revulsivos dan la cara.