RIVER CAMPEÓN
Las formas de River, un campeón que no se traiciona
Tras una nueva vuelta olímpica, Marcelo Gallardo ponderó la manera en la que el Millonario demostró su supremacía, una vez más, en el fútbol argentino.
El 2021 de River comenzó con un duro golpe internacional. Un equipo que había empezado a funcionar como de costumbre después del receso por la pandemia en el año anterior fue sorprendido por un Palmeiras que exprimió al máximo una noche de errores y desconciertos de su rival y lo venció 3-0 en Avellaneda.
Herido en su orgullo, el Millonario fue a Brasil en busca de una remontada heroica, de las que ya había tenido en este ciclo, y quedó en la puerta luego de tener 90 minutos en jaque al que luego sería bicampeón de América.
A partir de allí, y siempre en la odiosa pero inevitable comparación con la vereda de enfrente, se sucedieron discusiones sobre las formas en la derrota (Boca quedó eliminado tras perder 3-0 con Santos, también en tierras brasileñas) y en Núñez se aferraron a una idea que les dio frutos en los últimos 7 años y medio.
La identidad de juego, la línea de trabajo, la convicción de recorrer un camino que al final siempre otorga dividendos, sin desviarse por un resultado circunstancial -por más duro que pueda ser-, guiaron al Muñeco y a los suyos a una nueva resurrección.
El año también tuvo otros cachetazos, como la segunda frustración copera -esta vez con goleada incluida frente a Atlético Mineiro- en un agosto negro que incluyó la segunda derrota por penales en un Superclásico de eliminación directa.
River trazó allí un nuevo punto de partida y el DT les hizo entender a sus jugadores que, como en cada traspié, a la vuelta de la esquina había una chance para redimirse. Siempre, claro, volviendo a las fuentes.
En Núñez, entonces, se moldeó con la presencia de muchos jóvenes y futbolistas que hasta entonces eran de recambio un equipo de pura cepa riverplatense: velocidad en las transiciones, presión para recuperar, compromiso colectivo y una efectividad casi inédita.
Igual que en la noche del Allianz Parque, cuando tocó masticar bronca, el cómo fue importante también para volver a ser. Las goleadas para asegurar títulos sin dejar dudas, la superioridad abrumadora sobre Boca en la victoria 2-1 en el Monumental, la personalidad para afrontar el duelo clave contra Talleres en inferioridad numérica.
Con la bandera de la competitividad siempre levantada y consciente de que el triunfo es la prioridad absoluta, Gallardo sostiene su elección de seguir estando en el hecho de ver su trabajo reflejado en la cancha. O como él dice, "sentirse representado".
"Es hermoso ganar, pero más hermoso es ganar de la forma que ganamos", dejó en claro en Santiago del Estero el conductor de una máquina de festejar que, además, demuestra que todo lo conseguido es consecuencia de haber mantenido un rumbo.
Como sucede en la previa de cada mercado de pases, hay cierta incertidumbre sobre el armado del plantel, pero el futuro se levantará sobre una base ya conocida y una realidad de la que no hay ninguna duda: hace mucho que River juega bien.