BOCA 2-0 SARMIENTO
1x1 de Boca: Cardona y Vázquez, encendidos
Edwin puso el fútbol, Luis el gol. Cuando ellos están afilados, el Xeneize mejora. Fabra y Campuzano, también aprobados en el equipo de Battaglia.
Rossi: Sin demasiado trabajo. Sarmiento hizo demasiado poco como para complicarlo en algún momento.
Advíncula: Asistió a Vázquez en el primer gol, pero no termina de convencer. Debe seguir ajustando cuestiones en defensa y dar más en ataque.
Izquierdoz: El mejor de la última línea. Ganó de arriba y de abajo. Jerarquía absoluta.
Rojo: Volvió después de varias semanas y no desentonó. Sumó minutos, agarró rodaje de cara a lo que viene y fue reemplazado cerca de los 25 del ST.
Fabra: Correcto partido del colombiano, que apenas comenzado el segundo tiempo marcó un verdadero golazo. Sigue afirmándose.
Campuzano: Aceptable encuentro del volante central. Cortó bien a los costados y dejó en claro que cuando lo rodean bien, él cumple.
Ramírez: Poco y nada del volante zurdo que regresó tras un desgarro. Por momentos, irregular en el juego y sin apariciones destacables.
Almendra: Su nivel fue de mayor a menor. Algo errático, sobre todo en pases y disparos desde media distancia. Completó los 90.
Cardona: Brillante primer tiempo. Hizo jugar a todo el equipo y participó en la jugada del primer gol. Calidad le sobra. La figura.
Villa: Se movió por todo el frente de ataque, pero no logró desequilibrar en metros finales como lo hizo en otras ocasiones.
Vázquez: Otro gol que le da confianza. Buenos movimientos afuera del área. Lo justo y necesario para demostrar que es el 9 de Boca.
Medina: Su ingreso no cambió demasiado los planes. Debe seguir levantando su nivel.
Salvio: Algunas gambetas que ilusionan, pero no más que eso. Sigue sumando minutos tras su dura lesión en la rodilla.
Pavón: Kichan no tuvo un correcto ingreso. No gravitó en ataque y padeció el poco juego del equipo.
López: Aplaudido por la gente, que reconoce su buen nivel, Licha reemplazó a Rojo y cumplió.
González: Pocos minutos en cancha del Pulpo. Un poco de equilibrio para contener algunas embestidas del rival.