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RIVER PLATE

Con el sello de Gallardo, River alimenta su ilusión

El Millonario ganó un partido clave en Córdoba, dio la cara cuando se quedó con un jugador menos y volvió a demostrar que, en el ciclo del Muñeco, se agranda en las adversidades.

Con el sello de Gallardo, River alimenta su ilusión
DIEGO LIMAAFP

La ventaja de cuatro puntos obtenida en la fecha anterior le otorgó a River las condiciones para ver con agrado un empate frente a Talleres e incluso para mantener el liderazgo si le tocaba perder en su visita al Mario Alberto Kempes. Estas cuestiones que se barajaban antes del encuentro se acentuaron todavía más a partir de que Felipe Peña Biáfore cometió un pecado de juventud y fue expulsado a los 7 minutos del primer tiempo.

Sin embargo, en el mundo de Marcelo Gallardo no hay lugar para las especulaciones ni para los temores. Por el contrario, cada contexto adverso resulta una motivación adicional cuando los planteles interpretan el mensaje de su conductor.

El Millonario modelo 2021 superó una prueba extraordinaria en la búsqueda del objetivo que le falta cumplir al DT que lleva, con algunos pequeños vaivenes, más de siete años de éxitos por razones como la de este jueves. Otra vez, cuando el sendero se volvió espinoso, la mano del Muñeco desmalezó el camino hacia una victoria clave y fundacional.

Lejos de encogerse y esperar el golpe, el líder se plantó firme en Córdoba con las premisas ya conocidas de otras paradas bravas: sacrificio, compromiso, concentración, solidaridad, eficacia.

Más allá de que el buen equipo de Alexander Medina tomó la iniciativa, el bloque defensivo que sumó primero el oficio de Enzo Pérez y luego el de Jonatan Maidana no falló. A los del fondo se agregaron los volantes y los delanteros, del primero al último, trabajando a destajo para minimizar el impacto de la inferioridad numérica. Todos para uno y uno para todos.

El mismo equipo que hace dos meses fue cacheteado por Atlético Mineiro en la Copa Libertadores, reconstruyó su fortaleza anímica, puso el foco enseguida en el campeonato y le hizo sentir a su inmediato perseguidor el peso de su jerarquía y su experiencia en este tipo de finales.

Para los David Martínez, Santiago Simón, Agustín Palavecino, Enzo Fernández o Benjamín Rollheiser se trató incluso de un bautismo de fuego, en la continuidad de un proyecto que siempre se reinventa sin resignar las formas ni la mentalidad ganadora.

Con los grandes llevando la bandera de la que ya son parte y los chicos acompañando como si el fuerte viento en contra solo les rozara la cara, el mejor River, el del carácter invencible, apareció en el momento preciso.

Así como los laboriosos triunfos sobre Sarmiento y Banfield con muchas bajas por lesiones y convocatorias internacionales, el de anoche pudo haber marcado otro punto de inflexión en la imparable curva ascendente del principal aspirante al título.

El presente ilusiona, la tabla de posiciones otorga tranquilidad y margen de error. Quedan ocho fechas y, por ahora, la Liga no está definida, pero de algo no hay dudas: desde Núñez, el horizonte se ve cada vez más cerca.