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SARMIENTO

Alanís bajo los focos de la banda

El espigado atacante del Verde de Junín es uno de los nombres propios de su equipo la primera división. Uno de los jugadores a los que agarrarse ofensivamente.

Alanís bajo los focos de la banda
Mr Mono

A préstamo por el Tomba, Gabriel Alanís no pasa desapercibido en Sarmiento. Por su físico, la sorpresa es que juegue tirado en la banda, siendo capaz de partir desde distintas alturas para socorrer a su equipo en cualquier tipo de situación. Espigado y con gran altura, pero sin una gran masa muscular, sus 1,87 cm parecen quedarse cortos cuando uno le ve sobre el terreno de juego. Parece más alto, algo llamativo para que se posicione en el costado cuando el Verde de Junín juega.

Pero por encima de todo, lo bueno de su juego se encuentra cuando tiene la pelota en los pies. Como si de un futbolista menos alto y más liviano se tratara, la coordinación de sus pies es algo que se antepone al resto de cosas. Es por ello que su apariencia física puede llevar al engaño, a que parezca que es un jugador que simplemente erró en su camino hacia el ataque para acabar jugando minutos en la banda.

Desde la izquierda, es uno de los argumentos ofensivos de Sarmiento en Liga Profesional. Los de Junín no es que vayan sobrados de calidad, pero Alanís se erige como una de las figuras. Acompañado por futbolistas como Quiroga, Jonathan Torres o Paradela, no importa tanto de qué zona parta Gabriel, sino hasta qué punto puede sumarse al ataque con sus compañeros. Y es que, pese a que lo habitual es verle como extremo izquierdo, también ha tenido que disputar partidos como carrilero cuando Mario Sciacqua elige una defensa con tres centrales.

El engaño de su físico

Alanís es un jugador habilidoso, con técnica en los pies para driblar, conducir y combinar. Su altura, además, le permite ser un futbolista con capacidad para disputar el juego aéreo. Su físico es algo que puede llevar a confusión en este sentido también, ya que su aspecto endeble pueden hacer ver que sea débil en las disputas. Ni mucho menos, aguanta frente a los rivales para luchar hasta el último palmo de la cancha.

Sin que sea fácil sumar en el Verde, su segunda fase de Liga Profesional le coloca con tres goles. La variedad en su posicionamiento, y su juego en muchas ocasiones abierto, le alejan en ocasiones del gol. Algo que, seguramente, podría mejorar de pisar más área. No obstante, su buena zurda es también peligrosa de cara al disparo. Porque de la misma forma que es ágil para el uno contra uno, también lo es para encontrar un resquicio por el que disparar.

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