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RIVER PLATE

Galván pudo nadar en un mar de confusión

El talentoso juvenil del Millonario ingresó desde el banco y en pocos minutos logró mostrar algo de lo que le faltaba a River para llegar con claridad al arco de Gimnasia.

Galván pudo nadar en un mar de confusión
Marcelo EndelliGetty Images

Son muchas las razones por las que el Millonario modelo 2021 no tiene el funcionamiento del que fue campeón de América en 2018, subcampeón en 2019 y ni siquiera del que perdió la semifinales con Palmeiras que se disputaron a comienzos de este año. La principal seguramente sea el éxodo de futbolistas que resultaron claves en el esquema de Marcelo Gallardo, pero además, en este período de transición, el propio DT sigue en la búsqueda de su equipo.

En ese contexto, a River le tocó este domingo intentar dar el primer paso para meterse en la pelea por el único objetivo que le queda en el semestre: la Liga Profesional de Fútbol. Y volvió a fallar en un partido conocido, repetido, agotador por lo previsible.

Con la línea de fondo que pudo armar tras la lesión de Fabrizio Angileri, el regreso de Enzo Pérez y la posibilidad para Santiago Simón en pos de volver al 4-4-2 que le dio mejores resultados en el último tiempo, el Muñeco trató desde el mensaje que sus dirigidos dieran vuelta la página rápido tras la dura caída en Brasil.

La apertura del marcador llegó enseguida y todo parecía fluir, pero el empate casi inmediato de Gimnasia volvió a desnudar a un equipo de mandíbula frágil y carácter todavía en formación.

Los dueños de casa no volvieron a acercarse al arco de Franco Armani, pero les alcanzó para no sufrir demasiado en el suyo y aguantar un encuentro casi entero contra un rival que chocó contra su impotencia y equivocó los caminos una y otra vez.

En ese océano de dudas, el entrenador optó por relegar a Jorge Carrascal y darle su oportunidad a Tomás Galván, un chico de 21 años que en pocos minutos mostró rebeldía para encarar y construir, desde la lucidez y el desequilibrio individual, un par de chances interesantes.

El joven nacido en Tigre que había hecho su debut contra Boca en la Copa de la Liga, en el marco del brote de COVID-19 que afectó al plantel, fue durante un pequeño tramo del complemento una solución a los problemas de generación en el mediocampo.

En esa zona, Gallardo cuenta con Enzo Pérez como una fija en la contención y con Nicolás De La Cruz como un irreemplazable enlace con los atacantes. En el resto de las posiciones, aún no lograron hacer pie Bruno Zuculini, Enzo Fernández, Carrascal, José Paradela, Agustín Palavecino.

Hasta hace un par de temporadas, River construía su identidad a partir de sus volantes. Si la partida de Exequiel Palacios afectó sensiblemente esa planificación, la de Ignacio Fernández terminó de sepultarla. Hoy está bastante claro quiénes son los defensores y los delanteros, pero hay dos puestos en el medio a los que se les sigue buscando dueño.

Por eso también muchas veces la variante fue agregar un marcador central y armar una falsa línea de cinco con los laterales como carrileros o sumar un hombre de punta para apostar al 4-3-3 con un estilo más directo. Hasta ahora, ninguno de esos dibujos tácticos garantizó una mejoría futbolística.

Frente a esta realidad, Galván, su gambeta y su juego frontal aparecieron como una nueva esperanza en otra jornada que los riverplatenses preferirán olvidar pronto para enfocarse en los próximos partidos ante Aldosivi y Sarmiento.

Si bien el cuerpo técnico siempre prefiere no apresurar a los juveniles e ir llevándolos de a poco, las opciones parecen ir agotándose. "Estamos buscando respuestas con diferentes alternativas hasta encontrar la que nos pueda generar en el funcionamiento del equipo una pieza que es fundamental, que es la generación de juego", dijo el DT en conferencia de prensa.

River tendrá tres entrenamientos antes de jugar el jueves en el Monumental contra el Tiburón marplatense. La promesa que entró anoche con el número 33 en la espalda podría ganarse, antes de lo previsto, un lugar entre los titulares.