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FRANCIA

Leo Messi y Carlos Bianchi, conectados por el PSG

Leo llegó a París, la ciudad que disfrutó de una inolvidable racha goleadora del Virrey a finales de los años 70. ¿Cuánto tardará la Pulga en alcanzarlo?

Leo Messi y Carlos Bianchi, conectados por el PSG

París está completamente revolucionada por la llegada de Lionel Messi al PSG. Las calles son un mar de gente, las camisetas se agotan en las tiendas físicas y también en Internet, las instalaciones del estadio Parque de los Príncipes cuentan con personas deambulando todo el día y la seguridad ajusta sus operativos para que nada falle. Pocas veces, por no decir nunca, se vivió algo semejante en Francia por un deportista.

El astro argentino salió de su estado de confort, luego de ser desgastado por los dirigentes del club al que le dio la gloria absoluta, y se marchó en busca de nuevos objetivos. "Amo el fútbol, tengo la misma ilusión que cuando era un nene. Quiero ganar otra vez la Champions", dijo en su conferencia de presentación e ilusionó a propios y extraños. Leo aterrizó en el lugar indicado, si tomamos en cuenta el plano deportivo, y ahora buscará repetir lo que otro delantero argentino hizo hace algunos años.

Carlos Bianchi vistió la camiseta del Paris Saint-Germain a finales de la década del 70. El Virrey, que en ese entonces no llevaba el apodo que lo acompaña hasta la actualidad, fue todo un símbolo del equipo de la capital y se ganó el amor del público a base de goles. Las estadísticas pintan de cuerpo entero lo que fue su breve y exitoso paso por allí: disputó 74 partidos oficiales e infló la red en 64 oportunidades. No solo obtuvo un promedio altísimo de efectividad, sino también se consagró goleador del campeonato dos veces seguidas.

La bendición del Dios de La Boca a Messi no tardó en llegar: "No tengo dudas sobre su éxito en PSG". Pocas horas después del anuncio oficial por parte de la entidad francesa, el entrenador charló con Le Parisien y, además de referirse a lo deportivo, también tocó el costado sentimental del capitán de la Selección Argentina: "Es el mejor jugador que vi. No hay que olvidarse de que ya tiene 33 años. Que vaya donde se sienta cómodo y donde esté bien. No todo es dinero".

Messi quiere seguir escribiendo su historia y, más allá de que los récords personales los deje a un costado, para hacerlo tendrá que seguir los pasos del hombre que conquistó cuatro Libertadores y tres Intercontinentales como entrenador. Perfil bajo, hambre de gloria bien alto ¡Que empiece la acción!