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SALUD

Qué es la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) y cuáles son sus primeros síntomas

Se trata de una enfermedad neurodegenerativa progresiva que puede afectar el caminar, el habla, la deglución y la respiración.

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Qué es la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) y cuáles son sus primeros síntomas
JCCM - ArchivoEuropa Press

El Senador de la Nación, Esteban Bullrich, anunció a través de un comunicado en su cuenta de Twitter que le diagnosticaron Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), lo que generó que muchas personas se pregunten acerca de dicha enfermedad.

¿Qué es la ELA?

Según indica en su web oficial la Asociación ELA Argentina, la Esclerosis Lateral Amiotrófica "es una condición que limita la vida en forma progresiva y que puede afectar el caminar, el habla, la deglución y la respiración" para la cual actualmente no existe cura aunque "los síntomas pueden ser manejados para mejorar la calidad de vida".

¿Cuáles son los síntomas?

No todos los pacientes con ELA experimentan los mismos síntomas ni las mismas secuencias o modelos de progresión. Por su parte, el comienzo de los síntomas dependerá de la gravedad y la localización de los cambios degenerativos en las motoneuronas del tronco cerebral y la médula espinal.

La Asociación ELA Argentina describe que "la ELA es una enfermedad neurodegenerativa progresiva. A medida que las neuronas motoras se deterioran, se incrementa la pérdida de la movilidad en las extremidades, y se producen dificultades con el habla, la deglución y la respiración. Los primeros músculos que se ven afectados son comúnmente los de las manos, pies o la boca" y que "algunos pacientes pueden experimentar cambios en el pensamiento o la conducta, lo que usualmente se conoce como disfunción cognitiva, pero solo unos pocos experimentan cambios cognitivos severos".

Es importante destacar que "los efectos de la ELA pueden variar enormemente de una persona a la otra. Cada individuo vive una experiencia muy diferente, desde los síntomas y la progresión de la enfermedad hasta el período de supervivencia luego del diagnóstico".

Algunos síntomas:

  • Debilidad muscular en uno o más de los siguientes: manos, brazos, piernas o los músculos del habla, de la acción de tragar o de la respiración.
  • Movimientos musculares anormales y calambres musculares (especialmente en manos y pies) y pérdida de reflejos.
  • Dificultad para proyectar la voz. Un tercio de los pacientes se inician de forma bulbar. Esta es una variante de esclerosis lateral amiotrófica en la que los primeros síntomas son dificultades para hablar y tragar.
  • En etapas más avanzadas, falta de aliento y dificultad para respirar y tragar.

¿Cómo se diagnostica la ELA?

La ELA puede ser extremadamente difícil de diagnosticar por varias razones:

  • Es una enfermedad comparativamente poco frecuente.
  • Los síntomas tempranos pueden ser bastante leves, tales como torpeza, debilidad moderada o habla ligeramente desarticulada, los cuales pueden haber sido atribuidos a una variedad de causas diferentes. Pueden suceder antes de que la persona sienta necesario ir a ver a un médico.
  • La enfermedad afecta a cada individuo de maneras diferentes, dado que no todos los síntomas se experimentan o aparecen en la misma secuencia.
  • No existe un examen específico para probar que alguien tiene ELA, lo cual significa que el diagnóstico requiere la eliminación de otras enfermedades potenciales.

Exámenes

Si un médico clínico cree que una persona podría tener un problema neurológico, él la derivará a un neurólogo, quien podrá ordenar una serie de exámenes.

  • Examen clínico: Ayuda al especialista en Neurología a sacar buenas conclusiones de los exámenes iniciales. Su experiencia sobre una amplia gama de trastornos neurológicos le permite reconocer signos y determinar qué exámenes son los adecuados. Según sus síntomas actuales, puede no ser esencial realizar todos los exámenes siguientes.
  • Pruebas de sangre: Buscan incrementos en la creatina quinasa, que se produce cuando el músculo deja de funcionar. Esto en ocasiones puede hallarse en personas con ELA, pero también puede indicar otras condiciones médicas.
  • Electromiograma o Electromiografía (EMG): Se lo conoce a veces como la prueba de la aguja, dado que se utilizan finas agujas para registrar los impulsos nerviosos que ocurren en forma natural dentro de ciertos músculos. Aquellos músculos que han perdido su provisión nerviosa pueden detectarse por una actividad eléctrica anormal. Las anormalidades pueden observarse aún cuando un músculo no se encuentra todavía afectado, por lo tanto es una herramienta de diagnóstico muy importante.
  • Estudios de conducción nerviosa: Aplican un impulso eléctrico a través de una pequeña almohadilla sobre la piel, a fin de medir la velocidad a la cual los nervios transportan señales eléctricas.
  • Estimulación Magnética Transcraneal (EMT): Mide la actividad de las neuronas motoras superiores y puede ayudar en el proceso de diagnóstico.
  • Imágenes por Resonancia Magnética (IRM): Se coloca al paciente en una máquina cilíndrica para tomar imágenes internas del cuerpo. No sirven para diagnosticar ENM, pero ayudan a descartar otras enfermedades mediante la revelación del daño causado, por ejemplo, como consecuencia de un ACV, Alzheimer, Parkinson, esclerosis múltiple, tumores y nervios comprimidos, así como lesión en la espina dorsal o el cerebro.
  • Otros exámenes: Su neurólogo puede solicitarlos, tales como punción lumbar o biopsia muscular, cuando los hallazgos clínicos indican que podrían ser útiles. De todas formas, no se utilizan siempre como herramientas de diagnóstico para ELA.
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