MARTÍN DEMICHELIS
"Passarella me desilusionó porque no sabía quién era"
En un mano a mano en TyC Sports, el ex defensor de River Plate y de la Selección Argentina habló acerca de sus diferencias con el 'Kaiser' y de su paso en el Bayern.
Martín Demichelis habló en TyC Sports sobre su experiencia en el Bayern Munich y la explicación de por qué no volvió a River Plate, responsabilizando directamente al presidente en aquel entonces, Daniel Passarella. Además, sueña con dirigir al Millonario.
El podio de goles que más gritó Demichelis:
"El del Pity en Madrid fue el que más grite, yo estaba con mi mujer y mi hijo. Después, el gol de Diego en el Mundial 94 -en el triunfo ante Grecia por 4-0, que fue el último tanto del Diez con la Albiceleste- y por la situación, porque me sentía parte del grupo y sabía lo que estaban sufriendo, en tercer lugar elijo el de Marcos Rojo a Nigeria en la última Copa del Mundo que fue agónico y nos dio el pase a la siguiente instancia. Con mi hijo no parábamos de gritar".
La pelea con Lúcio en el Bayern:
"Pierdo una pelota y Lúcio me gesticula con las manos. Para mí fue una mandada en cana bárbara. Veníamos de buenos años, yo lo cubría siempre porque el agarraba la pelota y salía gambeteando para arriba. Cuando me acerco a él, la pelota seguía y él me quiso decir que siga jugando y me puso la mano en la cara. Yo me fui a jugar casi de lateral y cuando terminó el primer tiempo fui al túnel ciego y esperé deseando que llegue. Cuando lo hizo lo anticipé, él jamás pensó que le iba a pegar y así fue. Le lancé la primera y fueron todos a separarnos. El me pegó una patada voladora en el hombro. A mí me hicieron un tackle de atrás y cuando me di cuenta era Klinsmann, el entrenador. Tenía una fuerza...".
La discusión con Louis Van Gaal en el Bayern:
"Un día ganábamos 3 a 0 y entró al vestuario haciendo un escándalo que en mi vida le vi hacer a un entrenador. Los alemanes estaban aterrorizados, pero yo, que venía de Argentina y tenemos otra cultura, lo encaré. ¡¿Para qué?! Jugué un segundo tiempo horrible. Al otro día me dijo ‘¿usted sabe por qué jugó mal el segundo tiempo? Porque se mete en cosas que no tiene que meterse".
El día que Passarella lo ninguneó:
"Con todo respeto a lo que significa para el fútbol argentino y encima un grandísimo referente en mi posición: el día que lo conocí y que River quería que volviera, me llevé una enorme desilusión porque no sabía ni quién era. Su mano derecha se había juntado conmigo, pero él no sabía ni mi nombre, ni mi apellido, ni donde jugaba y si tenía posibilidades de volver o no".
El sueño por dirigir a River:
"Quiero que Gallardo se quede 25 años más en River. Ahora, si me preguntás si lo sueño, sí, sueño entrenar a River algún día. Quién que elige esta profesión no sueña con dirigir al club de su niñez, en el que jugó, creció como jugador y salió campeón".