A seis años del debut de Gallardo, el inicio de un camino de gloria
El 27 de julio de 2014, el Muñeco dirigió su primer partido en River. Fue contra Ferro en Salta, por la Copa Argentina, y su equipo se impuso por penales.
El 27 de julio no es una fecha más para los riverplatenses. Desde 2014, ese día representa un punto de inflexión en la rica historia de un club que profundizó un camino de reconstrucción institucional y deportiva con un hombre como abanderado para recuperar la gloria: Marcelo Gallardo.
Había sido presentado en Núñez el 6 de junio de ese mismo año y dirigió en Salta su primer partido oficial 51 días después, frente a Ferro Carril Oeste, por los dieciseisavos de final de la Copa Argentina. Fue triunfo con algo de sufrimiento, tras una reñida definición por penales luego de un empate 0-0 en los 90 minutos.
El flamante DT, con apenas una experiencia previa en Nacional de Uruguay, había llegado para cubrir el enorme hueco que había dejado Ramón Díaz tras su abrupta salida y la apuesta de Rodolfo D'Onofrio y Enzo Francescoli no podría haber salido mejor.
En su primera noche, Napoleón alistó a Marcelo Barovero; Augusto Solari, Jonatan Maidana, Ramiro Funes Mori, Leonel Vangioni; Sebastián Driussi, Leonardo Ponzio, Osmar Ferreyra; Manuel Lanzini; Federico Andrada y Lucas Boyé. En el complemento, debutó Leonardo Pisculichi y también entró Rodrigo Mora, marginado por la anterior gestión, quien recuperó su lugar en el plantel al igual que Carlos Sánchez.
River no le encontró la vuelta a su rival de la Primera B Nacional pero, en las ejecuciones desde los 11 metros, fue más efectivo. Se patearon ocho por lado y fue victoria por 6-5 para el Millonario. Curiosamente, uno de los que falló fue Lanzini, que solo fue dirigido en ese encuentro por Gallardo, antes de marcharse del club.
Después de la clasificación, el entrenador debutante manifestó su tranquilidad e hizo un breve análisis ante la prensa: "Hicimos algunas cosas buenas y otras cosas nos faltaron, pero era importante ganar".
Fue el punto de partida de un ciclo que superó las expectativas de propios y extraños, con 11 títulos, la vuelta al plano internacional, dos Copas Libertadores y una final inimaginable. Desde este año, el Muñeco tendrá su propia estatua sobre Av. Figueroa Alcorta, la que se ganó en estos seis años, igual que el rango de ídolo indiscutido de la institución.