Schwartzman remonta a Thiem y habrá un argentino en la final
Diego Schwartzman ganó a Dominic Thiem, campeón en 2016 y 2018 e invicto hasta este sábado en Buenos Aires (11-1 ahora), y buscará su tercer título ante Cecchinato.
Finalmente, habrá un argentino en la final del ATP 250 de Buenos Aires. Será Diego Schwartzman (26 años), que ganó a Dominic Thiem (25), su compañero estos días en el dobles (jugarán después las semifinales), en tres sets de un partido memorable: 6-2, 4-6 y 7-6 (5) en 2h:31. El austriaco, campeón en 2016 y 2018 y que estaba invicto en el torneo (11-1 ahora), lo tuvo en la mano con un punto de partido, pero será el pequeño guerrero Schwartzman quien peleé este domingo (no antes de las 14:00, 18:00 en España) por levantar el tercer título de su carrera contra el italiano Marco Cecchinato, que eliminó al otro argentino que aspiraba a entrar en la final, Guido Pella. Schwartzman, que había vencido a Thiem en su último enfrentamiento hace dos años en el Masters 1.000 de Canadá (3-2 ahora en el balance para el segundo), pudo de nuevo vez con otro consumado especialista en tierra.
Seis dobles faltas lastraron en la primera manga al bonaerense, que jugó arropado por sus paisanos. Así no pudo evitar que Thiem le rompiera el saque tres veces. El segundo parcial empezó bien para el Peque, que quebró el servicio del finalista de Roland Garros 2018 para ponerse con 2-1 y saque. Pero, acto seguido, perdió el suyo y el duelo se niveló. Volvió a cederlo en el sexto juego y cuando todo parecía perdido con otro break y 4-2 en contra, Schwartzman tiró de orgullo, mano y velocidad para ganar tres turnos seguidos. Le quedaba sacar bien para apuntarse el set y lo consiguió con sus mejores momentos de tenis.
Con las fuerzas justas, ambos se exprimieron en la manga definitiva y fue Thiem, con su poderoso revés a una mano y drives profundos y colocados, el primero en golpear con un quiebre para el 3-1. De nuevo al argentino le tocaba remar a contracorriente. Esta vez no pudo acortar de inmediato y la cosa se le puso cuesta arriba. Lo hizo más tarde gracias, en gran parte, a un fallo garrafal del vigente campeón en un remate. Parecía imposible que obrara otro milagro, pero el Peque lo intentó. Sumó otro break y sacó para ganar ante el entusiasmo de la afición local. Un último esfuerzo ante un oponente con la moral tocada que sin embargo renació cuando peor lo tenía con dos juegos seguidos. Schwartzman resistió con bravura y levantó un punto de partido. Así, la suerte del mismo se decidió en el desempate. La bola de victoria esta vez fue para el bonaerense y Thiem la lanzó fuera tras pegarle con la caña. Con las rodillas en tierra, Diego celebró un triunfo muy especial para él, en su ciudad, y este domingo peleará por agarrar allí el trofeo.