TENIS
Del Potro: “No estoy preparado para el día después”
En una extensa nota al diario La Nación, Juan Martín del Potro contó cómo fue el calvario tras su lesión en la rótula, su condición actual y el retiro de Roger Federer.
Juan Martín Del Potro brindó una nota con Sebastián Torok en La Nación donde habló sobre todo, sus lesiones, la experiencia post tenis, los diagnósticos errados, su experiencia con el ‘Big three’ y el retiro de Roger Federer.
El trato de estrella en el US Open: “Acá uno no siente si está activo o retirado porque te tratan como un campeón. Ando caminando libremente por los pasillos como cuando jugaba y esa sensación es la más linda que un tenista puede tener. También es lo que me hace extrañar demasiado y lo que me despierta algún sentimiento adentro… Pero me voy unos meses atrás, al mensaje que di en el torneo de Buenos Aires: primero la calidad de vida, porque no aguanto más el dolor, pero esto (el tenis) no lo voy a cerrar, lo quiero dejar abierto. Después, el tiempo y la vida dirán cómo termina”.
La última vez con una raqueta en la mano: “Fue en Buenos Aires. Después hice un par de clínicas…, pero no, la verdad es que me costó mucho la decisión de jugar en Buenos Aires. Muchísimo. Y una vez que lo hice y jugué, y todos vieron lo que fue, para mí en un punto fue un alivio y un punto de quiebre en mi vida también. Durante estos casi tres años, antes de Buenos Aires, nunca había pensado en ese momento. Siempre era volver, volver y volver. Recuperarme y volver. Hasta que, bueno, empecé a notar que eso ya era cada vez menos posible porque con los médicos se me habían agotado las instancias, los tratamientos, las posibilidades de probar cosas nuevas… Venía a Buenos Aires, me venía entrenando fuerte, en una pata, tomando antiinflamatorios, haciendo tratamientos y dije: ‘¿Qué hago? ¿Tiro todo este esfuerzo por la borda o entro a jugar con la posibilidad de que sea mi último partido?’. Y eso me llevó a decidir entrar y jugar. Y cuando terminé, mi mensaje y mi sensación fue: ‘Si este fue el último partido, fue súper emotivo, en mi casa, con mi mamá en la cancha, con mi hermana, con toda mi gente, en Argentina, en un torneo en el que había jugado una sola vez’. Creo que fue todo espectacular. Hoy busco un tratamiento para calidad de vida, no busco un tratamiento para jugar París-Bercy o el Australian Open. Y eso es una gran diferencia en mi día a día”.
La vincha en la red post derrota con Delbonis: “Honestamente, ese momento me salió natural y desde el alma. No lo pensé. Fui genuino con lo que sentía en ese segundo. Pero, sí, yo creo que ese momento fue el punto final de un montón de sufrimiento y de un mensaje que estuve dando durante tres años y que no lo podía aguantar más, porque me estaba haciendo muy mal a mí. Yo salía a la calle y antes de preguntarme cómo estaba, me preguntaban cuándo jugaba. Esa es la pregunta que me hicieron durante tres años y pico. Y más también, con las (operaciones en las) muñecas. Es algo que yo fui tomando de forma más natural, pero a lo último lo padecí mucho. Y yo tenía que mostrarme activo también en las redes, los mensajes que tenía que dar siempre eran con un tono alentador, de optimismo”.
La lesión que sacó a Delpo de competencia: “Obviamente con el tiempo y hablando con muchos médicos, todos van opinando, todos hablan…, es muy difícil hacer opinar a médicos y hablar también de otros médicos… Pero acá hay una realidad, que es mi primera cirugía (realizada por Ángel Ruiz Cotorro, el doctor de confianza de los tenistas españoles) y que a partir de ahí mi historia cambió. Entonces yo también me hago muchas preguntas sobre el tema y, bueno, siempre fue en base a esa primera cirugía y a mi posterior rehabilitación, de que no me pude recuperar. Y siempre fui tratando de buscar los mejores tratamientos, los mejores asesoramientos médicos. He hablado con un montón de profesionales, atletas, deportistas, nutricionistas, tratamientos del dolor…, creo que de la lista pude tachar todo y es el día de hoy que no encuentro todavía una solución. Yo puedo tener mis propias definiciones o lo que yo puedo sentir. Hay una realidad y esa es la que me marca mi situación actual, pero más allá de eso voy buscando la solución. No me importa cuánto tiempo me lleve. Hoy yo quiero poder vivir bien y sin dolor, y no me importa lo que pasó para atrás porque ya pasó y sí me importa poder encontrarle la vuelta y decir: ‘Era por acá y este es el tratamiento correcto’”.
La actualidad: “Me fui a Suiza a ver otro médico (La clínica deportiva Rennbahnklinik, en Muttenz), empecé otro tratamiento, fui recomendado por muchos tenistas y tampoco tuve un resultado muy positivo. Imagínate lo que es después de cada intento de un tratamiento o de una cirugía la frustración que puedo sentir cuando la cosa no funciona. Entonces, es demasiada ilusión, demasiada la fe y la esperanza que uno le pone a algo nuevo y cuando fracasa el golpe es duro. Y durante tres años y pico, con cirugías y tratamientos, siempre me pasó eso. Entonces, ahora, en la posición en la que estoy, tengo que aprender a que ese golpe no sea tan duro y volver a intentarlo. Ir buscando opiniones y tratamientos, estar abierto a cualquier cosa porque, como digo: no tengo el apuro de hacer algo para ir a jugar Australia y no tengo que hacer ninguna locura. Simplemente, seguir en esa búsqueda de encontrar el tratamiento correcto y vivir sin dolor y lo mejor posible”.
La condición física actual de Delpo: “Camino, no corro en la cinta, no puedo subir una escalera sin dolor. Ya lo conté: a Tandil, que son cuatro horas manejando, tengo que parar y estirar las piernas. Esa es la realidad mía, que es dura, es triste, pero trato de no quedarme con eso y mi nuevo desafío es cómo tratar de procesar todo, asimilar lo que me toca y cómo me levanto todos los días para vivir lo mejor posible”.
El motivo de la lesiones en su carrera: “Mis lesiones fueron muy claras: en una me caí y me partí la rótula, y después tardé mucho más en recuperarme porque los médicos le erraron en los tratamientos. Y no hay mucha vuelta que darle: fue así. Uno me dijo: ‘En un mes y medio estás jugando el Masters de Londres’, por el 2018, y me puse bien recién en febrero o marzo del año siguiente. Después, en la muñeca, yo estaba sufriendo mucho dolor durante mucho tiempo, me infiltraba para no parar porque luchaba por los Grand Slam, por estar dentro de los cinco primeros, por un torneo, por un Masters y esta bola no podía frenar, hasta que un día hay que parar. Entonces paré a principios de 2014, después del torneo de Dubai. Y con lo del US Open 2009, yo lo gano y enseguida me quieren cambiar las raquetas. Y empecé a probar raquetas y empecé a tener dolores en mi muñeca que no tenía… De hecho, si van a ese momento, gané el US Open y terminé en la final del Masters de Londres con una raqueta y en enero arranqué con otra, amarilla y negra. Y esto es como una zapatilla. La raqueta, para nosotros, es como el botín para el futbolista. Estás acostumbrado a agarrar todos los días la misma raqueta, la misma tensión, el mismo material, el mismo sonido, todo lo mismo…, y de un día para el otro te dicen: ‘Bueno, ahora jugá con esta’. Y empecé a sufrir en las muñecas. Entonces, mirando hacia atrás, yo sí le encontré un por qué a cada momento de mis lesiones. Lo que a veces…, o es el día de hoy que me pregunto: ¿por qué todavía con la rodilla no he podido? Es una pregunta que me hago, pero yo no me la puedo responder a mí mismo, para eso consulto a los mejores profesionales, en todo sentido”.
La vida post tenista: “Yo no estoy preparado para el día después. No, no sé lo que es. No tuve una transición al día después, no me preparé para el día después, no tengo ni idea qué hizo otro atleta en todo ese proceso. A mí me tocó ser tres del mundo, una lesión de rodilla y esta vida. Así (chasquea los dedos), en un segundo. Y durante todo este tiempo intenté recuperarme, como hice con cualquier otra lesión: cuál es el tratamiento que hay que hacer, tanto tiempo, hagámoslo, vuelvo a jugar. Y en Buenos Aires dije: ‘Basta’. Y desde Buenos Aires hasta el día de hoy estoy en ese proceso de pensar cómo será la vida sin el tenis definitivamente, qué cosas me pueden gustar, no sé. Cuando hablo con otros deportistas que ya no están activos me dicen: ‘Bueno, pero a mí me tomó los últimos dos años de mi carrera, el último año, me preparé de esta manera o de otra’. Yo lo estoy haciendo ahora. Estoy buscando cosas. Me enganché con la Fórmula 1, fui a un par de carreras”.
Juan Martin Del Potro, ¿entrenador?: “En estos días hablé con (Juan Carlos) Ferrero (actual coach de Carlos Alcaraz, joven N° 1 del ránking ATP, ex #1 y rival en cancha de Delpo), hablábamos de lo que es ser coach y le decía: ‘¿Qué hacés viajando tanto?’. Y me dice: ‘Estoy viajando ahora porque es Carlos, pero también estuve cinco años en mi casa y me tomé el tiempo necesario para estar ahí’. Para mi es todo muy reciente y como digo: hoy me levanto, atiendo un montón de cuestiones de mi vida personal y termino al final del día hablando con un médico o viendo qué día hacemos tal tratamiento. Y la verdad es que estoy en un presente que no me deja tener tanta lucidez para pensar o ver qué me gustaría. Pero yo creo que eso me va a llegar con el tiempo. Me gusta asesorar y aconsejar a chicos, pero lo hago porque me gusta que me escuchen y siento que les llega mi mensaje, que pueden tomar nota, aplicarlo y hay un resultado positivo detrás. Pero estoy en esa búsqueda también”.
El retiro de Federer: “Me puse triste por su noticia. No la esperaba para este momento. Tenía la ilusión de que jugara en Wimbledon del año que viene. Fue una sorpresa. Significó mucho para mí, para los que jugamos a la par de él y compartimos años en el circuito. Fue el primero del Big 3, el que marcó el camino hacia la perfección, el que elevó la vara. Cuando entraba en el vestuario todo el mundo lo miraba con admiración, con respeto, con ganas de saludarlo. Él siempre fue muy amable con todo el mundo, en especial conmigo. Llegué a crear una relación muy cálida por los partidos jugados, porque compartimos eventos, porque estuvimos muchas veces solos en instancias finales en los vestuarios y hablábamos de fútbol, de otras cosas, de Argentina… Él siempre mostró interés y querer saber otras cosas que no sean sobre tenis y con esas cosas fui forjando la relación que pudimos tener todos estos años. Otra cosa que creo es que los dos en esa semifinal de Roland Garros 2009 sentíamos que era la final, porque Nadal había perdido, él nunca había ganado el torneo, yo nunca había ganado ningún Grand Slam y fue un partido a cinco sets, donde tuve mil chances para poder ganar. No lo hice y creí que nunca más le iba a ganar. Pero lo hice en la final del US Open, donde él había ganado el trofeo cinco años seguidos. Él una vez dijo que uno de los partidos que le gustaría volver a jugar en su carrera era esa final, pero obviamente yo no le doy la revancha”.