Que un triunfo no tape la realidad
Boca volvió a ganar de visitante solo porque dos futbolistas se iluminaron. En cuanto al juego, el Xeneize involuciona partido a partido y está lejos de ser el que todos quieren ver.
La fenomenal corrida de Sebastián Villa y la eficaz definición de Luis Vázquez le permitieron a Boca comenzar la semana con una sonrisa. El agónico triunfo ante Defensa y Justicia no solo trajo una dosis necesaria de paz, sino también hizo que el Xeneize quede a la espera de lo que ocurra entre Atlético Tucumán y Barracas Central para ver si puede ilusionarse con pelear el campeonato.
Sin embargo, quien vio lo que fue el desempeño de los de la Ribera en Florencio Varela sabe que estos tres puntos no pueden tapar la realidad. Los dirigidos por Hugo Ibarra mostraron demasiado poco, no asumieron el protagonismo, fueron superados en el segundo tiempo, pero contaron con la pisca de suerte que no todos tienen para salir victoriosos. Claro está, esto último no ocurrirá siempre, por sería un error grosero pensar que ahora sí está todo bien.
Agustín Rossi volvió a ser figura, respondió de gran manera bajo los tres palos y evidenció el mal momento futbolístico del último campeón del fútbol argentino. En el mediocampo hay poca generación de fútbol, en defensa no se ve la solidéz de hace un tiempo y lo único positivo de la noche del domingo, además de los tres puntos, parece haber sido que un 9 volvió a convertir después de largas semanas.
Para pelear cosas importantes y sostenerse en el tiempo, con el objetivo de competir de igual a igual en cualquier cancha, Boca tendrá que barajar y dar de nuevo. Porque si sigue de esta manera, caminará por el sendero de la irregularidad y dependerá, pura y exclusivamente, de que se iluminen aquellos futbolistas que pueden aportar cosas que otros no. Hay demasiado en juego como para especular y seguir saliendo al campo de juego a ver qué pasa.