SELECCIÓN ARGENTINA
La medular se construye con Enzo
El futbolista del Chelsea, que cayó por sorpresa en el Mundial de Qatar, pinta a convertirse en una pieza imprescindible para Lionel Scaloni.
Hay momentos que a nivel internacional marcan una carrera, y a Enzo Fernández hace unos meses le tocó una de esas situaciones que te hacen saltar etapas de manera gigantesca. En lo que tenían que ser sus primeros pasos como futbolista de la selección de Argentina, el actual futbolista del Chelsea se topó con una situación en el Mundial de Qatar 2022 que le hizo erigirse como una de las piezas más importantes del plantel de Lionel Scaloni.
Para el técnico, no hubo dudas de la apuesta. Pese a que el mediocampista no estaba asentado dentro de la Albiceleste, su impacto en el fútbol europeo con el Benfica había sido muy positivo, algo que le ayudo para que su salto de jugador de banquillo a titular diera un impulso a Argentina para acabar alzando la copa y sumar una estrella más a la camiseta. Se convirtió en uno de los importantes. Uno de los escuderos para llevar el peso de las cosas con Lionel Messi.
Ya traspasado al Chelsea, y cada vez más contrastado a nivel internacional (pese a su edad y a su poco tiempo en la élite), echar la vista atrás da cierto vértigo. Hace no tanto Enzo Fernández no estaba contrastado, ni su futuro más próximo en la selección parecía ser concreto (al menos como titular). Ahora, se posiciona en un lugar privilegiado para ser un futbolista imprescindible para Lionel Scaloni.
Mac Allister, un escudero perfecto
Parece difícil imaginar una Argentina sin los futbolistas que hicieron fuerte al grupo para conseguir la Copa América y el Mundial. Lo cierto es que, pese a que la veteranía es un grado, la juventud también llega fuerte y Qatar dio fe de ello. Siendo la medular una de las zonas más importantes que puede tener un equipo (incluso siendo Messi uno de los atacantes), al lado de Enzo se posiciona Alexis Mac Allister como uno de los jugadores que más se pueden adaptar para un nuevo centro del campo.
Destacando en el Brighton, uno de los grandes valores del ex de Boca es la capacidad de adaptación que tiene sobre el terreno de juego. No solo ha mejorado en su implicación al momento de defender (evolucionando en su toma de decisiones), sino que se ha vuelto en un centrocampista mucho más completo. Capaz de buscar la pelota atrás para salir jugando, pero también de llegar a la frontal del área para hacer goles (está en su mejor curso anotador).
Ambos, salidos del fútbol argentino de manera prematura, están llamados a ser el siguiente paso de la selección. Una pareja sobre la que construir el futuro y con la que Argentina puede ser dueña de los partidos que dispute.