El pincha acaricia los octavos

Victoria del Pincharrata en la cuarta jornada de la Libertadores. Un solitario gol de Castro en el primer tiempo cierra casi la clasificación a octavos de los de Zielinski. Nacional se complica su pase, dependiendo del resultado entre Bragantino y Vélez.

Nacional salió a pinchar en los primeros compases del partido. Una victoria le metería de lleno en la lucha por entrar en la siguiente fase de la competición. El Bolso desplegó un juego directo, con triangulaciones rápidas a la espalda de la zaga. Los de Zielinski parecían no saber por dónde les llegaban las puñaladas, pero ahí estaba Andújar para evitar el susto como guardián invicto del equipo. La pelota parada, esa gran arma del fútbol del pincha y que casi puede significar medio gol, se tornó decisiva para las aspiraciones del líder. Volvió a aparecer Zuqui para meter la pelota en el área, pero Rochet sí que estuvo listo para evitar la debacle. Primero Boselli, cabeceando por arriba del travesaño; y luego Rogel, con palomita del arquero incluída; dio energía al pincha en un momento en el no sabían qué hacer. Poco a poco los de Zielinski fueron arrinconando al Bolso en la esquina de su área.

El Bolso parecía tener destellos de calidad a la contra, pero el castillo de naipes se derrumbó en los últimos coletazos del primer tiempo. Castro apareció para marcar el primero, con ayuda del pie de un zaguero de los uruguayos; y para más inri, Ocampo salía lesionado del verde del Jorge Luis Hirschi. El estadio estalló en júbilo, viendo cómo la racha de los suyos podía seguir una jornada más.

Tras la reanudación, el Bolso volvió a ser descarado con la pelota en los pies. Nacional triangulaba a placer, encerrando metro a metro a los de Zielinski. Estudiantes no lograba salir de su campo, como si la gravedad no les permitiera salir de ese pozo y ganar metros. El pincha aguantaba en su campo en busca de contras rápidas que pusiera contra las cuerdas a Rochet. Nacional le jugó de tú a tú a un equipo invicto. Gigliotti fue un quebradero de cabeza, siendo un apache en la zaga donde peleó cada balón. Pellegrini pudo finalizar el partido, pero pecó de buena gente y en vez de curar le intentó dar el pase de la muerte a Boselli, pero la sacó la zaga.

Por momentos el pincha le dejaba mandar al Bolso, sólo para salir a la contra. El partido se tornaba en un intensidad magnífica, característica de partidos de la Libertadores. Ida y vuelta. Unos querían el segundos y otros el empate. La polémica llegaría en el último suspiro por una posible mano de Noguera. Se armó el quilombo en el banco de Nacional, quedándose fríos al que podría ser el empate. Finalmente fue Estudiantes el que se llevó el gato al agua y logra seguir invicto y con un pie y medio en la siguiente ronda.