NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

SELECCIÓN ARGENTINA

El Dibu: ”Yo quería que me pegue en la cara, no me importaba dónde”

El argentino recordó el momento más importante de su carrera deportiva y que le valió para ser campeón del mundo en Qatar, en una entrevista en TyC Sports.

Actualizado a
El Dibu: ”Yo quería que me pegue en la cara, no me importaba dónde”

Emiliano Martínez se prepara para la próxima jornada de la Premier League y en uno de sus descansos concedió una entrevista a TyC Sports para charlar sobre el Mundial de Qatar. Esta misma semana se llevó el galardon al mejor portero del años por parte de la FIFA y se lo dieron por su brillante actuación con Argentina durante la cita mundialista.

El Dibu recordó la agónica paradao a Kolo Muani en la final frente Francia. Una jugada que pudó cambiarlo todo pero su intervención evitó el triunfo francés. “Abrí las redes sociales y está la parada, o viene algún chico a que le firme algo y lo primero que quieren es la parada. Es hermoso”, comentó en TyC Sports.

Añadió: No me di cuenta del valor que tenía porque fue tan rápido, me acuerdo que salimos rápido a la contra que tuvimos la última para ganarla con Lautaro (Martínez) de cabeza. No la pude apreciar como la aprecié cuando se ganó la final. Lo primero que se vio fue eso”.

El portero del Aston Villa aseguró que “quería que me pegue en la cara, no me importaba dónde, quería que me pegué”. Incluso llegó a hacer una análisis en su entrevista con el medio argentino. “Pasan los días, veo la atajada y te emociona. A veces te entra, a veces no te entra, pero que en una final del mundo te salgan las cosas, es hermoso”, dijo el Dibu, en TyC Sports.

“Fue una jugada rápida, sucia también. La tira el arquero, la saca bien Ota de cabeza, y cuando Ota lo anticipa, la controla el central y la devuelve a la olla. Ota ya quedó adelantado porque había cabeceado y fue una pelota perfecta entre él y Germán. Cuando le queda a Muani, queda un poco en diagonal. Dije, bueno, le achico despacio, no me apresuré, porque sino me la pica por arriba. Le tuve que dejar un ángulo para que su última visión sea el primer palo. Después me jugué con mi mano y mi pie, rezando ‘por favor, pegame’”, concluyó.