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BOCA JUNIORS

Boca, cada vez más seguro de si mismo

Battaglia baja un mensaje, los jugadores le responden, las victorias aparecen y la gente se siente más identificada con el equipo. Hay con qué ilusionarse.

Actualizado a
Boca Juniors' forward Dario Benedetto (L) celebrates after scoring a goal against Tigre during their Argentine Professional Football League match at the "Bombonera" stadium in Buenos Aires on June 15, 2022. (Photo by JUAN MABROMATA / AFP)
JUAN MABROMATAAFP

Luego de aquel empate en uno frente a Godoy Cruz en la Bombonera y de la derrota 0-2 ante Corinthians en San Pablo, por la tercera fecha del grupo de la Libertadores, Boca entendió que la cosa así no iba y pegó un volantazo necesario para parecerse al equipo que nunca debió dejar de ser.

Después de los dos encuentros mencionados, Sebastián Battaglia se hizo fuerte y corrigió errores que lo llevaban por mal camino. Los jugadores confiaron en él y sacaron ese plus necesario para vestir la camiseta más popular del país. Como consecuencia de esto, los resultados aparecieron, las victorias permitieron trabajar con mayor tranquilidad en tiempos de turbulencias y la obtención de la Copa de la Liga fue el gran espaldarazo para empezar a construir algo en serio.

Pese a que todavía el techo futbolístico esté lejos, el nivel colectivo del Xeneize también creció. Fueron varios las veces en donde no solo obtuvo los tres puntos, sino también dominó casi que por completo a sus rivales de turno. Tanto en el plano local, como en el internacional. Porque más allá de que en este deporte no existan los merecimientos y ganar sea lo más importante, las formas también importan.

En el plano individual, la curva también fue ascendente: Agustín Rossi se hizo grande debajo de los tres palos y silenció a quienes siempre tenían una crítica destructiva para hacerle. Luis Advíncula y Frank Fabra, los laterales de nivel internacional, encontraron la regularidad pretendida. Alan Varela se adueño de la mitad de la cancha y Pol Fernández se hizo bandera en lo futbolístico. Sebastián Villa, imparable, aportó goles y asistencias. Exequiel Zeballos, en pleno proceso de adaptación a Primera, se animó a jugar y nunca se achico. Lo mismo ocurrió con Óscar Romero. Y Darío Benedetto, a base de goles, demostró toda su jerarquía.

A poco menos de 10 días para el primer cruce de octavos de final de la Copa ante el Timao, Boca se siente seguro de si mismo y tiene credenciales de sobra para sacar chapa de candidato en el torneo que paraliza al continente. Los hinchas disfrutan del presente, se ilusionan con sacar boleto a la siguiente ronda, pero no olvidan que hace un par de meses atrás la historia era otra. Por eso, la presencia de Carlos Bianchi, el gran maestro para este tipo de desafíos, siempre está presente en la mente de los boquenses: llegar no es difícil, el desafío pasa por mantenerse.