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QATAR 2022 | ARGENTINA 3 - FRANCIA 3

Argentina, en un puño apretado

La Argentina en vilo por una final que la tuvo en infarto, pero el final fue más dulce y hoy arranca una fiesta que no tendrá fin.

Actualizado a
El Obelisco, en Buenos Aires, rodeado de aficionados festejando el triunfo en el Mundial.
AGUSTIN MARCARIANREUTERS

De aquel hit de ‘La Mosca’ con el “hoy nos volvimos a ilusionar” que resonaba en Doha y también en cada esquina, en cada bar y en cada pantalla gigante en el país. El público argentino siguió en vilo la final de la Copa del Mundo.

El 2-0 en el primer tiempo parecía encaminar todo. Todo era felicidad, todos se pellizcaban dos veces para creer que esto no era un sueño. Después, el empate francés y volvió la tensión. Algunos, los siempre pesimistas, decían “ya está”, pero si algo mostró la Selección es no rendirse jamás ante la adversidad.

La Selección Argentina volvió a pasar al frente 3-2 con el gol de Messi y fue otro estallido en el país. El Obelisco empezaba a llenarse con un desenlace final que parecía finiquitado. Pero otra vez Mbappé, soberbio, el villano perfecto de la película, lo mandó todo a los penales, para aumentar aún más las tensiones en todos los rincones de la Argentina.

Pero el Dibu Martínez, héroe ante Colombia en Copa América y contra Países Bajos, tenía otro capítulo más. Otra historia legendaria para el surgido de Independiente y ahora en el Aston Villa, con un penal atajado a Coman y otro que pudo haber sido atajado a Tchouaméni que la tiró afuera, sino ahí estaba otra vez este arquerazo que tiene la Argentina.

Argentina celebra otra vez

Y tras el penal de Montiel, éxtasis total. Un estallido de campeón del mundo, el país en un puño apretado gritando por Argentina. Un pueblo sufrido, por todas las penurias económicas, políticas, la gente de la Argentina merecía una alegría. Cada esquina de cada barrio de cada ciudad del país, de cada una de las 23 provincias y de la Ciudad de Buenos Aires.

El centro del festejo, El Obelisco de Buenos Aires, abarrotado con dos millones de almas, cubriendo desde Avenida Santa Fe hasta Avenida San Juan, toda clásica la Avenida 9 de Julio, repleta festejando la tercera estrella. Argentina lo merecía, su gente lo merecía, Lionel lo merecía, y la fiesta recién arranca.