Boca debe aprovechar este título para renovarse futbolísticamente

Lo primero que hay para decir después de una noche a puro festejo es que Boca fue un justo ganador de la Copa Argentina. Hay una vieja frase que vive dentro del mundo futbolero que indica que "a los campeones no se los discute", por eso quien quiera quitarle méritos al conjunto de la Ribera estará escondiendo algo de fondo o siendo poco objetivo a la hora de alzar la voz y expresarse.

Luego de un comienzo de semestre bastante complicado, ya sea por eliminaciones escandalosas o por rendimientos que no estuvieron a la altura, el Xeneize termina el año de la misma manera que lo empezó: dando una vuelta olímpica. La clasificación a la próxima edición de la Copa Libertadores de América también es algo para destacar, aunque no valdrá tanto como la obtención de la estrella número 71 que ya se ubica dentro del escudo.

Sin embargo, cuando el viento sopla a tu favor y la alegría se hace presente producto de otro trofeo conquistado, también hay cosas para cuestionar y criticar de manera constructiva. A nadie, ni al propio Juan Román Riquelme, quien suma tres títulos en dos años de gestión, le convence como juega el equipo. Lo que se vio ante Talleres en el Madre de Ciudades fue más de lo mismo y la conclusión final casi que reúne la opinión de la gran mayoría de los xeneizes: hay que aferrarse a una idea menos conservadora y pensar en un Boca más protagonista dentro de la cancha. Porque en las buenas, las formas también importan.

Sebastián Battaglia, cuestionado por demás, pero campeón al fin, supo cambiarle la cara al plantel durante sus primeras semanas en el cargo. Pero con el tiempo, y con la aparición de encuentros decisivos, el entrenador fue mutando y tomó decisiones un tanto cuestionables por propios y extraños. Nadie sabe qué será de su futuro, aunque por lo bajo comentan que la idea del Consejo de Fútbol es empezar el 2022 con él en el banco. Si esto último ocurre, el jugador con más títulos en la historia del club deberá volver a las bases y ponerle un pleno a lo que lo destacó tras la ida de Miguel Russo.

Mientras abre la vitrina de su museo para colocar una nueva copa -la cuarta Argentina en su historia-, Boca deberá prepararse para lo que viene y tener en claro que, para seguir consiguiendo cosas importantes, hay que dar un giro. Básicamente, trabajar para festejar. De eso se trata.

¡Salud, campeón!