De Paul es clase mundial

Durante estos meses, se habla mucho de Rodrigo de Paul, pero hoy vamos a hablar un poquito más. Rodrigo de Paul se tuvo que volver al fútbol argentino tras emigrar a Europa porque no encontraba su lugar. Sí, en el Valencia jugó pero no destacó. Racing lo rescató y el Udinese le dio la oportunidad de nuevo. En Italia, se amoldó a distintas situaciones y empezó a convertirse en el jugador que es hoy. Hasta acá, nada nuevo, lo conocido. Hoy, Rodrigo de Paul es otro jugador, más maduro, con más registros, más completo.

Quizá la de De Paul es una manera de mostrarle a la gente que cada jugador tiene su proceso y que cada uno puede demostrar un nivel dependiendo de los condicionantes y los entornos. En Udine, el argentino se convirtió en capitán general a través de su juego y su liderazgo, nadie le regaló nada. Al igual que ocurrió en la selección Argentina.

Hablemos de estadísticas

Lo que genera De Paul no se puede transmitir con estadísticas y números. Capaz que el colchonero falla 5 pases más que otro jugador pero lo que genera en el compañero, en la gente y lo que le da al equipo desde lo anímico y mental, no se compra o se vende. De Paul es el termómetro de sus compañeros, de la defensa y el ataque. Es capaz de defender la contra de un córner en su área o terminar la jugada en la contraria en cuestión de segundos. Y si tiene que tirarse la selección al hombro, lo hace, ya sea en San Juan en Eliminatorias o en un amistoso. 

Élite

De Paul ahora mismo es uno de los mejores centrocampistas del mundo. No tengo dudas de ello. Primero, porque lo vi jugar mucho y rendir en diferentes situaciones, esquemas y con diferentes compañeros. Tanto en su club como en su Selección. Llegó a un equipo nuevo y se adaptó de la mejor manera, siendo de los más resolutivos y destacados y eso sí que no tiene precio para un nuevo fichaje.