DIEGO ARMANDO MARADONA
Que estés sonriendo, Diego
Maradona cumpliría hoy 61 años, por eso su pueblo lo recuerda en las calles, en las canchas y en las redes sociales. Solo muere quien se olvida.
No vi su conquista en el Mundial Juvenil 1979 ni tampoco los cuatro goles que le hizo aquella tarde al Loco Gatti, jugando para Argentinos Juniors.
No vi su llegada a Boca en 1981, en donde no solo festejó el Torneo Metropolitano sino también se dio el lujo de desparramar al Pato Fillol por toda la Bombonera, en un Superclásico que terminó en goleada.
No vi cómo el pibe de Villa Fiorito cruzaba el océano para desembarcar en Barcelona, la ciudad que, según dicen, le cambió la vida para siempre.
No vi su obra maestra en Nápoles donde, además de ganar algunos títulos que hoy se siguen festejando, tuvo la valentía para girar el mapa y poner al Sur arriba del Norte.
No vi sus dos goles a Inglaterra y la consagración en México 86, la asistencia a Caniggia contra Brasil, el "hijos de mil puta" cuando nos chiflaban el himno en Italia 90 y la frustración del 94, cuando le cortaron las piernas y le soltaron la mano.
No, no vi casi nada de su fútbol, de su guapeza, de su personalidad para afrontar los partidos importantes y apenas me conformé con buscar jugadas suyas en Internet. Pero su historia me cautivó tanto que ni siquiera me hizo falta ser contemporáneo a él para aferrarme a este sentimiento llamado Diego Armando Maradona.
Hoy, a 61 años de su nacimiento, el deseo es solo uno: que estés sonriendo, Pelusa. ¡Feliz cumpleaños!