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BOCA JUNIORS

Equi Fernández y una clase sobre sentido de pertenencia

Pese a tener un esguince de tobillo, el volante pidió jugar ante a Banfield y fue figura. “Ambos sabemos lo que hiciste”, dijo el médico de la Reserva.

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Equi Fernández y una clase sobre sentido de pertenencia

“Esguince de tobillo”, indicó el parte médico luego del debut de la Reserva ante Unión, en Santa Fe, hace algunos días atrás. El jugador no trabajó con normalidad durante la semana y visitó varias veces el consultorio médico para ir aflojando la lesión.

Sebastián Battaglia, DT de la categoría, no lo incluyó en el partido del viernes ante Banfield por ese motivo y tampoco lo convocó para el del sábado, correspondiente a la segunda fecha de la Liga Profesional de Primera División. Sin embargo, en las horas previas al segundo compromiso frente al Taladro pasaron cosas.

Al enterarse que el plantel profesional no iba a tener acceso al corredor sanitario, por ende deberían seguir aislados en el hotel, levantó un teléfono y pidió salir a la cancha con la camiseta xeneize. Los médicos le dieron la derecha, después de analizar los pro y las contras, lo infiltraron y luego ocurrió lo que todos vimos.

Las estadísticas avalan los elogios, que deberán ser medidos por una cuestión de lógica, e indican que fue el jugador que más duelos ganó, que más pases completó y que más faltas recibió en el Florencio Sola. El fútbol está lejos de la matemática, pero algunos números sirven para explicar lo sucedido.

Equi Fernández, quien hoy está cumpliendo 19 años, demostró que no solo le sobran condiciones para afirmarse en Primera sino también un compromiso especial para con la camiseta del cuadro de sus amores. “Vos y yo sabemos bien lo que hiciste”, fueron las palabras del doctor de Reserva tras el 0-0 contra Banfield.

Mientras algunos priorizan otras cuestiones antes que ponerse la casaca de Boca, este pibe dio cátedra de cómo hay que vivir para ser jugador del club más popular de la Argentina. Ni endiosarlo ni subirlo al podio de golpe, porque todavía es joven y puede marearse, pero sí destacarle el gesto que mantiene vivo al sentido de pertenencia, algo que no abunda en nuestro fútbol argentino. No todo está perdido.