Messi, Neymar y un ejemplo para el fútbol
El argentino y el brasileño demostraron su amistad públicamente por encima de la victoria o la derrota. Neymar se fue a buscar a Messi en plena celebración argentina.
Messi y Neymar vivieron un auténtico duelo de 10 sobre el césped de Maracaná. El del Paris Saint-Germain y el aún no firmado por el Barcelona se enfrentaron por quinta vez sobre el terreno de juego: cuatro con sus selecciones, que con la victoria de Argentina se situó 2-2 en el global, y una a nivel de clubes en aquella final del Mundial que enfrentó al Santos campeón de América con los azulgrana.
Después de una fructífera etapa juntos en Barcelona en la que ganaron juntos una Champions, dos Ligas, tres Copas, una Supercopa de España, una de Europa y un Mundial de Clubes, Neymar decidió marcharse en 2018 a París en busca de crecer sin Leo. Algo que, por otra parte, no ha tocado su amistad como demostraron en la final de este sábado. Tampoco lo hizo la victoria de Argentina.
Ambos extremos se abrazaron al inicio del encuentro y también, después de que el árbitro pitara el final y la victoria de Argentina. Un Neymar desconsolado, que lloró tras la derrota, fue a buscar a Leo, inmerso en plena celebración albiceleste (sus compañeros manteaban a Scaloni) y se fundió con él en un largo abrazo de más de medio minuto en el que, se entiende, felicitó a Leo por su éxito. Perder ante su amigo fue muy doloroso, pero algo menos que si fuera ante cualquier otro como dejó entrever con este bonito gesto de cariño. Antes de irse camino al vestuario, también felicitó al resto del equipo argentino, que en ese momento cantaba a su entrenador.
Varias horas después del final el encuentro, se volvieron a juntar. Ney estuvo tranquilamente sentado con Messi disfrutando de una charla amena en la que ambos sonrieron, tal y como captaron los fotoperiodistas presentes. Ambos sin camiseta, con la 10 de Brasil y Argentina intercambiadas y reposando en sus rodillas, hablaron y pasaron un rato ameno sentados en las escaleras de la bocana de vestuarios de Maracaná donde Neymar fue cambiando de cara. Del desconsuelo, que se tapó con la camiseta de su rival, hasta la carcajada.
¿El detalle? Messi aún mantenía el oro de campeón de América al cuello mientras la medalla de Neymar reposaba lejos de su cuerpo.