Vélez ejerce de líder

Vélez Sarsfield venció hoy 2-0 como local a Huracán en el estadio José Amalfitani, se alejó en la cima de la Zona B de la Copa de la Liga y quedó al borde de asegurar su clasificación a la próxima instancia.

Federico Mancuello y Juan Martín Lucero marcaron los goles del vencedor. La visita terminó con un hombre menos por la expulsión de Iván Erquiaga.

El equipo de Liniers, que venía de caer ante Atlético Tucumán, es puntero con 22 unidades y les sacó seis puntos de ventaja a sus perseguidores, Talleres y Lanús, aunque el granate aún debe su partido de esta fecha. Los de Parque Patricios, con 12, se alejaron de la pelea.

En un primer tiempo en el que prevaleció el entusiasmo y faltó la profundidad, hubo una situación de riesgo para cada equipo.

La primera fue para la visita, con un remate cercano y bajo de Cristian Núñez desviado por Lucas Hoyos al córner, a los 21 minutos. El dueño de casa se aproximó con una apilada de Thiago Almada finalizada con un remate que tapó Sebastián Meza, a los 27.

Vélez volvió a presentar muchos cambios, esta vez con una formación integrada con mayoría de titulares (o supuestos) y con la novedad de Santiago Cáseres, que en su primer partido desde su regreso, estuvo bien afirmado en el medio y manejó la pelota, aunque no fue incisivo.

En la primera etapa, Huracán ratificó la mejoría de los últimos partidos, en este ciclo Kudelka, intentando ser rápido y vertical y con Claudio Yacob como regulador en el centro.

Un golazo de Federico Mancuello, de tiro libre, al minuto del segundo tiempo, desató el grito de gol para los de Liniers.

Un fuerte disparo de Norberto Briasco, desde afuera del área, estremeció el travesaño a los 21. Y, segundos después, el Globo se quedó con un jugador menos por la expulsión de Erquiaga.

Se abrieron los espacios y fueron más veloces las transiciones, pero siguió faltando precisión en la definición.

Sobre el final, a los 49, Meza fue a intentar un cabezazo heroico al área de Vélez y terminó viendo cómo Lucero, recién ingresado, corría en soledad para sellar el resultado final ante el arco vacío.