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Lamberti, el corazón de Platense: "Contra River dejaremos la vida"

El capitán del Marrón habla en exclusiva con As antes del choque contra el Millo. Además, va a fondo con otras cuestiones: "En el fútbol no hay acompañamiento para el jugador".

Lamberti, el corazón de Platense: "Contra River dejaremos la vida"
Foto: Prensa Platense

Hernán Lamberti, uno de los emblemas del equipo de Platense que logró el tan ansiado ascenso a Primera, vive su propio sueño pero no se conforma. El volante central de 36 años logró su objetivo personal, regresar a la máxima categoría del fútbol argentino, y ahora se prepara para uno de los días más importantes en la historia reciente del Calamar.

En la previa del partido contra River, que se jugará este domingo en Vicente López, el capitán del Marrón charló en exclusiva con As y no solo habló de la importancia que tiene en su vida la pelota, sino que también tocó temas puntuales que conviven dentro del fútbol, como las redes sociales, la ayuda psicológica, las charlas con los jóvenes y más.

- ¿Cómo manejan las emociones en este momento tan importante del club?

- "Todo el tiempo hablamos con los compañeros y hacemos hincapié en remarcar de no olvidarnos de dónde venimos ni de todo el trabajo que se hizo. Es muy difícil disfrutarlo, porque los resultados exigen, pero en algún punto tratamos de tomarnos un tiempo para hacerlo. El otro día le decía a Infante que a la misma hora que estábamos yendo a la cancha de Argentinos, pero hace tres años atrás, viajábamos a una de la B Metropolitana".

- Del ascenso a ganar el clásico en Primera y a recibir a River, todo muy rápido…

- "Es todo muy de golpe, todo muy rápido. Ya estamos pensando que nos va a atacar Borré, Suárez, De La Cruz. ¿Cómo se vive? Y... se te cruzan mil cosas por la cabeza: primero, la complejidad del partido, que va a ser difícil; segundo, un poquito de cholulaje, ja. Pensá que a los jugadores de River, que son de nivel europeo, los veíamos todo el tiempo en la televisión jugando la Libertadores. Igual, una vez que entramos a la cancha somos 11 contra 11 y habrá que dejar la vida para que las cosas salgan bien".

- El fútbol argentino, por lo general, no respeta proyectos largos. ¿Es bueno que no haya descensos en lo inmediato?

- "El futuro es inmediato y así como en tres años y medio subimos dos categorías, esto se puede complicar. Sería una irresponsabilidad jugar como si no pasara nada, por eso apuntamos a crecer y a sumar puntos. En Primera las exigencias son otras y sabemos que no vamos a tener el mismo protagonismo que en la B Metro o en el Nacional".

- Tienen jugadores de experiencia, pero también muchos jóvenes. ¿Cómo van manejando la ansiedad lógica que pueda haber en el vestuario?

- "Los chicos toman dimensión de lo que logramos y de lo que nos estamos jugando ahora. Obvio que costó que se tranquilicen un poquito, pero crecieron mucho durante la última parte del torneo del ascenso. Son muy inteligentes y entendieron rápido el mensaje. Hoy no hay mucho para hablar, solo queda aconsejarlos de cara al futuro para que no hagan cosas raras y se dediquen a jugar. Todo llega".

- Vos ocupás un rol de líder dentro del equipo, ¿sos de hablarles bastante?

- "Yo no tuve gente que me aconseje tanto, por eso hoy lo único que trato es que ellos no cometan los mismos errores que cometí yo. Esa fórmula, que aplicamos con algunos compañeros, nos llevaron a ser competitivos en el ascenso. Ahora, la realidad es otra y apuntamos a que los resultados no nos condicionen la forma de trabajar porque eso se puede revertir en algún momento".

- Para vivir el presente, hubo que recorrer el pasado: ¿cómo fueron esos días de cuarentena?

- "Siempre tuve motivación, nunca paré de entrenar y tuve muy poquitos días libres. Mi familia entrenaba conmigo, me alcanzaban las pesas, me bancaban en doble turno, todo. Hubo días difíciles, con mucho estrés y no fue para nada sencillo. El objetivo era volver mejor de lo que me fui, pero lo cierto es que hasta mediados de junio fue bravo por un montón de cuestiones. Es más, llegué a estar medicado por estrés debido a algunas situaciones contractuales de compañeros. No fue para nada fácil, repito".

- El sueño de volver a pisar una cancha de Primera pudo más que todo. ¿Se lo habías prometido a tu hija?

- "El 8 de julio hicimos un zoom con mi hija, sus compañeros de colegio y la profesora de gimnasia. Ella me preguntó cuál era el sueño que me quedaba por cumplir y yo le dije "volver a jugar en Primera". Quería que ellos, mis hijos, me volvieran a ver jugar en la máxima categoría. Por suerte se me dio, pero el mensaje que quise bajarles a los chicos es que todo se puede. Lo veo y me sigue emocionando".

- Redes sociales: ¿usás? ¿Qué importancia le das?

- "Uso las redes sociales, mi perfil es público, pero hay que saber manejarlas. En este último tiempo estuvimos hablando de eso: qué cosas exponemos, para qué público lo exponemos, cuáles son las consecuencias. Lo bueno no se mide, lo negativo te daña y te perjudica. Hay que ser muy inteligente y saber la exposición que tenemos ahora, porque en Primera todo se magnifica mucho más que en el ascenso".

- ¿Pueden ser un problema?

- "Cuando las cosas van bien, las redes son buenas. Cuando las cosas van mal, las redes son peores. Hay que saber manejar ese tema, porque nada puede relajarnos ni frustrarnos. Y mucho menos, corrernos del objetivo. Eso es lo que hay que explicarles a los chicos, que por suerte lo tienen bastante claro".

- ¿Cómo tomás las noticias como la del Morro García?

- "En el fútbol no hay acompañamiento. A los chicos hay que prepararlos para la vida, no para ser profesionales. Ese es el error. Tienen que aprender los valores del fútbol, no para ser jugadores profesionales porque ahí aparecen las primeras frustraciones. De un plantel de inferiores hacen solo 4 o 5 contratos por año y hay más de 30 integrantes. No se puede apuntar a hacer al nuevo Messi, eso está mal".

- ¿Por qué pasa eso?

- "Las redes sociales, los mensajes que te mandan, el "estás viejo", el "ya no podés jugar", el exitismo, entre otras cosas, te generan cosas internas que te lastiman. Lo vivimos día a día y se hace difícil manejarlo. La gente habla sin saber de quién está hablando y cuánto labura ese jugador, que también es una persona, en un entrenamiento. Sería ideal que los jugadores no tengamos nada de redes, pero es difícil. Es importante tener profesionales dentro de los clubes para tratar todos estos temas. Los mismos que después lamentan las cosas como las del Morro García son los mismos que suman su granito de arena para que pase".