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RIVER PLATE

Un paso en falso con muchas soluciones

River cayó en un insólito partido en La Plata en el que ganaba 1-0 con un hombre más. Falló la marca en la pelota parada, pero también la definición y la generación.

Actualizado a
Un paso en falso con muchas soluciones
Amilcar OrfaliGetty Images

La bronca de Marcelo Gallardo podía verse incluso antes de que Fabián Noguera ganara en la puerta del área chica y decretara el triunfo agónico de Estudiantes de La Plata sobre su equipo, en el debut de ambos en la Copa de la Liga Profesional.

Si bien está claro que la fragilidad a la hora de ocupar los espacios en los envíos aéreos en contra volvió a ser determinante -como en varios tramos de la temporada anterior-, anoche en Uno hubo otras falencias que quedaron al descubierto. Algunas de ellas tendrán remedio en el corto plazo, otras requerirán de otro tipo de soluciones.

Además de equivocarse en el área propia, el Millonario también falló mucho en la del rival. A la impericia de Rafael Borré en un mano a mano que podría haber liquidado el partido, se sumó la falta de serenidad de Matías Suárez (que tuvo mucho más protagonismo) cada vez que llegó al fondo con la pelota dominada.

Hoy en día, el colombiano y el cordobés son los únicos dos delanteros no juveniles con los que cuenta el Muñeco en su plantel. Uno con características de goleador y el otro de asistidor, deberán resolver mejor en los metros finales para aprovechar lo que sus compañeros generan, más aún si River sufre tanto cuando lo atacan.

Detrás de ellos hay chicos con buenas intenciones como Julián Álvarez, Benjamín Rollheiser, Federico Girotti y Lucas Beltrán, pero frente al Pincha volvió a quedar de manifiesto que todavía no puede recaer sobre ellos la responsabilidad de tomar la lanza cuando hay que ir en busca de una victoria.

Caída la posibilidad de repatriar a Sebastián Driussi, habrá que ver si en estos días en Núñez se deciden a ir por otro atacante que le ofrezca variantes al DT cuando las necesite o apostarán un pleno a que Borré y Suárez, de probadas condiciones, sean más efectivos y no se lesionen.

El otro problema visible estuvo en el mediocampo. Es que la improvisación por las bajas de los principales generadores de juego obligó a que todos los avances se dieran por las bandas y terminaran, por lo general, en centros que el fondo pincharrata despejó sin dificultades.

Sin Nicolás De La Cruz ni Jorge Carrascal, sin Nacho Fernández (se iría al Atlético Mineiro) y todavía sin los refuerzos Agustín Palavecino y José Paradela, a River le faltaron creativos para asociarse por el medio y apenas pudo hacerlo cuando se retrasaron un poco los hombres de punta.

Con los carrileros recostados sobre las bandas, Enzo Pérez como eje y Bruno Zuculini algo perdido para cumplir una función que no es la suya, se notó que faltó desequilibrio individual, criterio en la elaboración y volantes que pisen el área rival.

En la última línea sigue habiendo algunos rendimientos individuales bajos y los desembarcos de David Martínez y Jonatan Maidana serán un soplo de aire fresco para que el entrenador pueda optar por alguno de ellos en función de una competencia interna más reñida.

Por lo pronto, la de la primera fecha fue una caída que encendió algunas alarmas y justificó la llegada de todas las incorporaciones, pero se debe analizar en un contexto que todavía es de transición entre el plantel de la temporada pasada y el actual.

Con el equipo casi completo y la vuelta al Monumental, River esperará su revancha el próximo sábado frente a Rosario Central. Allí podrá verse, seguramente, algo mucho más parecido al modelo 2021 que Gallardo imagina.