Cali Izquierdoz no tuvo un buen año 2019. El central de Boca había perdido confianza, no estaba fino en defensa y le costaba mucho en la salida. Si el nivel del zaguero era bajo, el equipo lo notaba. Con Alfaro, Izquierdoz 'no fue feliz'. 

Pero en el año 2020 fue otra historia. Le costó al principio, pero se fue afianzando poco a poco en la zaga y en el grupo. La vice capitanía le dio galones, Izquierdoz ya era uno de los referentes del grupo tras Carlitos Tevez. En la cancha, Junior Alonso buscaba otro camino y el Cali quedaba como único central por izquierda. A su lado, Lisandro López mejoraba y jugaba mejor, mientras que Zambrano se iba acomodando. El común denominador era Izquierdoz.

El central aguantó a Boca en la Libertadores, donde algunos errores defensivos dejaron a la zaga en deuda. Por su parte, a él nunca se le recriminó nada porque era la base de la columna vertebral del equipo. Tras el partido contra Santos, fue el que agarró el micrófono y defendió a sus compañeros. Tras la victoria contra Banfield, siguió haciendo lo mismo: "A mi me podés decir que soy burro, lo que sea, pero que me digas que no entrego todo, es el peor insulto. Jugamos horrible contra Santos, pero da bronca lo que dicen". 

Pero más allá de las palabras, Cali agarró la pelota y tiró uno de los penales decisivos. Las ganas y el compromiso se muestran en esos detalles, no solo en el "correr por correr". En este caso, los números respaldan al zaguero de Boca.

En la Libertadores 2020, es el primero en duelos ganados con 90, primero en duelos aéreos ganados con 52, segundo en intercepciones con 28, quinto en quites con 24, quinto en despejes con 38 y undécimo en infracciones con si16, según datos de Data Ref. Por otro lado, también fue segundo en despejes, intercepciones, duelos aéreos ganados en la Copa Diego Maradona.