El Muñeco apuesta a volver a encender el fuego sagrado
En la previa de la revancha con Palmeiras, Gallardo hizo un llamado a la fortaleza anímica de su equipo y a la convicción para creer en la remontada.
Si por algo se caracterizó River durante el ciclo de Marcelo Gallardo -que ya lleva más de seis años y medio de vigencia- es por una clara bajada de línea en cuanto a la forma de afrontar los compromisos decisivos. Con la plena consciencia de que ganar y perder son posibilidades concretas, el Millonario estuvo casi siempre a la altura de las competencias que le tocó disputar y, aunque a veces se quedó en las puertas de la consagración, procuró nunca salirse de su libreto: en palabras del propio entrenador, el de "representar al hincha".
Fueron muy pocas las ocasiones en las que los dirigidos por el Muñeco no mostraron sus mejores cualidades mentales (reacción ante la adversidad, fortaleza anímica, enfoque constante), pero se repitió en las últimas tres definiciones. Pasó en Tucumán contra Atlético, pasó en Avellaneda contra Palmeiras y pasó en Banfield contra Independiente.
Después de Lima, la última parada brava que afrontó con la templanza de un equipo habituado a partidos de estas características, algo pareció haberse roto en el carácter de un River que solía estar en cada serie importante en sintonía con lo que se jugaba, incluso en aquella derrota con Flamengo producto de una atípica desgracia futbolística.
Lo que hasta comienzos del año pasado solamente se había dado en la semifinal con Lanús en 2017 (la que Gallardo marca como la caída más dolorosa de su gestión), se volvió un problema recurrente, un laberinto del que el DT tiene el gran desafío de salir este martes.
A eso apeló el líder riverplatense en una de esas conferencias de prensa en las que decide absorber la presión e inyectarles una dosis de motivación a sus futbolistas para que jueguen sus últimas cartas, a sabiendas de que ya no quedan otras en el mazo que puedan salvarlo.
"Pareciera que somos un desastre y no somos un desastre. Hubiéramos querido estar parados de otra manera, pero no hay que confundirse ni entrar en esa desesperación que te haga pensar que sos un mal equipo, al que se le apagaron todas las luces, que da facilidades. Todas esas cosas que se dicen pueden ser usadas en contra nuestro de manera negativa. Ahí es donde me tengo que sentar con mi equipo de trabajo y con mis jugadores y decirles 'Miren que nosotros somos otra cosa de lo que fuimos en estos dos partidos'. A estas instancias no se llega de casualidad", analizó el conductor del grupo.
Con una postura seria y convencida, Napoleón dejó en claro que el objetivo es volver a las fuentes: "Tenemos que borrar lo que hemos hecho en estos últimos dos partidos, enfocarnos en lo que realmente somos, lo que nos ha llevado hasta acá. Y después saber que no tenemos margen de error: hay que defender bien como equipo y atacar bien como equipo. Nos vamos a aferrar nada más que a eso".
"El hincha de River sabe que el equipo, más allá de ganar o perder, de jugar bien o no, siempre lo representa. Por eso los hinchas creen. Nos vamos a jugar hasta que nos dé. Si nos da, bienvenido sea y seguiremos para adelante. Y si no nos da, haremos el esfuerzo". Una declaración de principios que se sostuvo en el tiempo.
Es un hecho que en Núñez ya aprendieron de remontadas, de noches épicas, de triunfos inolvidables en Brasil. El presente de esperanza hoy se sostiene con el pasado, con la renovada mentalidad de un club que no se da por vencido hasta que la eliminación esté consumada.
Todavía falta un día para su charla táctica en el vestuario, sin embargo Gallardo adelantó lo que pretende, una vez más, de quienes saldrán a defender la Banda Roja en San Pablo: "Mañana vamos a ser un equipo totalmente competitivo. Y si nos toca perder, vamos a perder siendo lo que nosotros somos como equipo. (...) Nos puede alcanzar o no, pero nos tiene que quedar la conciencia tranquila de que lo vamos a intentar".