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Boca también debe jugar la Copa en los micrófonos

Que una cosa no tape la otra: el Xeneize no se lució en Avellaneda, pero los fallos arbitrales tampoco estuvieron a la altura. Una escena repetida.

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Boca también debe jugar la Copa en los micrófonos

Empecemos por lo más importante que tiene este deporte, que es el análisis del juego, para que no se mal interpreten estas líneas y se desvíe el foco hacia un lugar incorrecto. Boca disputó un muy flojo partido en Avellaneda, el equipo apareció de a ratos, nunca logró imponerse ante un Racing al que tampoco le sobra nada y las variantes del entrenador no causaron efecto. Sí, otro golpe de realidad.

Pero, más allá del mal funcionamiento colectivo e individual del campeón argentino en el Cilindro, hay otro detalle que no puede pasarse por alto: el accionar del VAR y el criterio del árbitro Esteban Ostojich para analizar algunas jugadas puntuales que pedían sanciones más severas de las que impusieron.

Los de Boca, los de Racing, los de River y hasta los de Independiente hoy hablan de la no expulsión a Lorenzo Melgarejo, quien antes de los 15 minutos del primer tiempo le metió un patadón a Nicolás Capaldo y solo fue amonestado. La jugada, brusca de por sí, fue similar a la infracción de Agustín Obando en el partido vs. Internacional. Para el de La Acadé, amarilla; para el del Xeneize, roja.

Además, el juez tampoco amonestó a Héctor Fértoli tras un clarísimo agarrón de camiseta a Leonardo Jara y decidió no revisar lo sucedido con Fabricio Domínguez, quien golpeó a Capaldo, en la previa del gol. Como mínimo, todo raro.

En la Ribera parecen no querer entrar en el terreno pantanoso de las declaraciones y evitan cualquier polémica en los micrófonos. "Nos equivocamos si pensamos que nuestro rival es el VAR", dijo Licha López en su última conferencia. "No me puedo detener en el arbitraje, me fijo en lo mío", agregó Russo tras el primer partido de cuartos de final. El perfil bajo parece seguir siendo la principal carta.

Claro está que Boca no pierde o juega mal por los errores de los árbitros o del VAR, pero es momento de que entiendan que la Copa Libertadores también se disputa afuera del verde césped. En otros cuadros no le esquivan al tema y cuando tienen que opinar, opinan. Sin temor alguno de lo que pueda decir la opinión público al rato. Porque al fin y al cabo, como dice el refrán, el que no llora no mama.